El presidente francés François Hollande expresó hoy la solidaridad de su país con Guinea, inmersa en una lucha contra el ébola, en la primera visita de un mandatario no africano a uno de los tres países más afectados por la epidemia. «Tenemos el deber de apoyarlos» en «la prueba que atraviesa su país», declaró Hollande, al principio de esta visita camino a Dakar donde asistirá a la decimoquinta cumbre de la Francofonía que se celebrará el sábado y el domingo.
«Estamos juntos en esta lucha», añadió Hollande, dándole las gracias a Guinea, «cuyo esfuerzo de prevención y vigilancia evita que el mundo entero y, por tanto, Europa y Francia resulten contaminados por ese virus terrible». «En Dakar, haré un llamamiento a la movilización internacional. Pero Francia debe dar el ejemplo», aseguró Hollande, en la primera visita de un presidente francés desde 1999, recordando que su país aportó unos 110 millones de euros -137 millones de dólares- en la lucha contra la epidemia.
«Para el pueblo de Guinea, la llegada del presidente Hollande es un símbolo muy grande. Si el presidente de un país tan importante como Francia viene a Guinea, significa que todo el mundo puede venir a Guinea», celebró el presidente guineano, Alpha Condé. «Es incluso más importante que la ayuda que nos aporta en el plano médico», consideró.
Hollande visitó el hospital de Donka en Conakry donde, ante una hilera de trabajadores sanitarios, bordeó el campamento de Médicos Sin Fronteras, una ONG que está en primera línea en la lucha contra el ébola. Los dos jefes de Estado, así como sus acompañantes, tuvieron que lavarse las manos y tomarse la temperatura antes de entrar al hospital.
El mandatario francés también firmará un acuerdo de cooperación para crear un Instituto Pasteur en la capital guineana para finales de 2016. El centro se centrará en «las enfermedades con alto potencial epidémico, responsables de varios episodios graves y severos en Guinea durante los últimos años», indicó el director del Instituto Pasteur, Christian Bréchot.
La epidemia causó 5,689 muertos entre los 15,935 casos registrados en casi un año, sobre todo en Liberia, Sierra Leona y Guinea, donde se declaró en diciembre de 2013, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 23 de noviembre. En Guinea murieron 1,260 personas entre los 2,134 infectados.
La lucha contra el virus avanza, sin embargo, y se consiguió un menor ritmo de propagación, en particular en Guinea y en Liberia, aunque la Federación de Sociedades de la Cruz Roja y del Creciente Rojo llamó hoy a evitar «cualquier exceso de confianza». Las nuevas pruebas de detección de la enfermedad en 15 minutos, entre ellas una elaborada por el Instituto Pasteur de Dakar, se probarán en Conakry.
La visita de Hollande a Guinea avivó las tensiones políticas en esta antigua colonia francesa. La oposición denunció, en una carta para el presidente francés, «una democracia de fachada», acusando a Condé de «rechazar el diálogo». En 2015 se celebrarán elecciones presidenciales, al término del mandato del presidente Condé, en el poder desde 2010.
Este antiguo opositor es el primer jefe de Estado elegido democráticamente en Guinea. El país obtuvo su independencia en 1958, y, desde entonces, ha sido dirigido por varios poderes dictatoriales.
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