La ciudad estadunidense de Baltimore se convirtió ayer en escenario de violentos conflictos callejeros luego del funeral de un joven negro que murió en circunstancias no aclaradas tras ser arrestado por la policía.
La alcalde de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, declaró el toque de queda en la ciudad a partir de hoy y anunció que la Guardia Nacional será desplegada en cuanto sea posible para hacer frente a los disturbios en protesta por el asesinato de un negro arrestado por policías.
Por su parte, el gobernador de Maryland, Larry Hogan, declaró estado de excepción y activó a la Guardia Nacional para que ayude a controlar los disturbios en Baltimore.
De acuerdo con el capitán Eric Kowalczyk, de la policía de Baltimore, por lo menos siete agentes policiales resultaron heridos en los enfrentamientos, que fueron reprimidos con vigor.
Uno de los agentes heridos, dijo Kowalczyk, se encontraba inconsciente y otros sufrieron fracturas por los choques y una auténtica lluvia de piedras.
“Ahora verán el uso del gas lacrimógeno. Usaremos los métodos apropiados para preservar la seguridad”, dijo el jefe policial.
Los manifestantes destrozaron varias patrullas, una de las cuales fue incendiada.
El funeral
Freddie Gray, el negro de 25 años muerto el 19 de abril en circunstancias no aclaradas tras ser detenido por la policía de Baltimore una semana antes, fue inhumado.
Al comenzar la ceremonia, la policía de Baltimore anunció haber recibido una “amenaza creíble”: varias pandillas de la ciudad se habían “asociado para ‘eliminar’ a agentes policiales”.
Comments