La automotriz italiana se suma a otras compañías impactadas por la política comercial de Donald Trump y señala un “riesgo potencial” en sus márgenes de rentabilidad.
Ferrari encendió las alertas del sector automotriz esta semana, al advertir que los nuevos aranceles de importación impuestos por Estados Unidos podrían impactar negativamente sus ganancias en 2025, pese a reportar un sólido primer trimestre con un aumento del 17% en sus beneficios.
En su informe financiero, la firma italiana precisó que enfrenta un “riesgo potencial de reducción de 50 puntos básicos en los márgenes porcentuales de rentabilidad (márgenes EBIT y EBITDA), en relación con la actualización de la política comercial tras la introducción de aranceles de importación de automóviles de la UE en los EE.UU.”.
Con ello, Ferrari se suma a otros grandes fabricantes de autos como Ford y Stellantis, que también han advertido sobre los efectos de la nueva política comercial promovida por el presidente Donald Trump.
Los resultados del primer trimestre muestran que Ferrari ha logrado mantener su crecimiento.
La compañía reportó ganancias de 412 millones de euros, un incremento del 17% respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que las entregas de vehículos subieron 0,9%, con un total de 3.593 unidades vendidas hasta marzo. En tanto, los ingresos netos aumentaron un 13%, alcanzando los 1.791 millones de euros, impulsados por una mayor personalización y variedad de productos, así como una expansión hacia nuevos mercados.
“En el primer trimestre de 2025, con muy pocos incrementos interanuales en los envíos, todas las métricas clave registraron un crecimiento de dos dígitos, lo que subraya una sólida rentabilidad”, afirmó Benedetto Vigna, CEO de Ferrari. El ejecutivo destacó que estos resultados validan su estrategia: “Esto confirma, una vez más, nuestra estrategia de priorizar la calidad de los ingresos sobre la cantidad”.
A pesar del contexto adverso por las tarifas estadounidenses, Ferrari mantiene una perspectiva optimista para el año. La guía financiera para 2025 anticipa un crecimiento interanual de los ingresos del 5%, superando los 7.000 millones de euros, y un aumento del 2% en el beneficio por acción ajustado, que alcanzaría los 1,20 euros.
Además, Vigna anunció que este año lanzarán seis nuevos modelos, entre ellos los recientemente presentados 296 Speciale, 296 Speciale A y el esperado Ferrari Elettrica, el primer auto completamente eléctrico de la marca. “Seguimos ampliando nuestra oferta de productos, de acuerdo con nuestros planes […] mediante una presentación única e innovadora. Estamos muy entusiasmados con lo que nos espera”, subrayó.
Sin embargo, el panorama para los próximos meses no está exento de desafíos. La compañía ya había advertido a finales de marzo que podría subir los precios de algunos modelos hasta en un 10% para contrarrestar los efectos de los aranceles. Esta estrategia, aunque busca proteger los márgenes de ganancia, pone en tensión el delicado equilibrio entre exclusividad, demanda y rentabilidad.
En el mismo tono de cautela, Ferrari reconoció que si bien espera una “sólida generación de flujo de caja libre industrial impulsada por una fuerte rentabilidad”, este crecimiento podría verse parcialmente compensado por una reducción en los gastos de capital respecto al año anterior.
La advertencia de Ferrari refleja el impacto más amplio que los cambios en la política comercial de Estados Unidos están teniendo sobre las multinacionales europeas. Las nuevas tarifas han generado incertidumbre en el mercado global, afectando las decisiones de inversión y proyección de ganancias, especialmente en sectores que dependen del comercio internacional.
En medio de este escenario, la compañía fundada en Maranello reafirma su enfoque en la rentabilidad sostenible, pero no descarta ajustes ante el entorno cambiante. Ferrari, sin dejar de lado el lujo y la innovación que la caracterizan, se enfrenta ahora al reto de mantener su liderazgo en una pista cada vez más inclinada por las tensiones geopolíticas.
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