Veinticuatro horas después de que se conociera la demolición de la antigua ciudad de Nimrud — considerado primer imperio mundial– en la provincia septentrional de Nínive, cerca del río Tigres en Irak, a manos de yihadistas del Estado Islámico, ayer, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó la destrucción de esta herencia cultural y la calificó como “crimen de guerra”.
“La destrucción deliberada de nuestra herencia cultural común constituye un crimen de guerra y representa un ataque a la humanidad, como un todo”, expresó Ban en un comunicado.
El Estado Islámico demolió las ruinas cercanas de Nimrud el jueves, informó el ministro de Turismo y Antigüedades de Irak.
HERENCIA. Por otra parte, la directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Irina Bokova, coincidió con Ban al calificar como “crimen de guerra” la destrucción de la ciudad histórica de Nimrud.
Este ataque recuerda que la limpieza cultural que está llevando a cabo el grupo extremista en Irak, es para borrar toda herencia milenaria y cultural, dijo Bokova en París, sede de la organización.
Asimismo, Bukova pidió a las autoridades regionales iraquíes “alzarse contra esta nueva barbarie” del Estado Islámico y exigir la intervención internacional para proteger toda la herencia histórica de nuestros ancestros.
ANTECEDENTES. El pasado jueves, los yihadistas destruyeron con maquinaria pesada la ciudad milenaria de Nirmud, donde se encuentran las ruinas asirias más importantes. La antigua ciudad se sitúa a 40 kilómetros al sur de Mosul, bastión del EI. La ciudad histórica data del año 1270 a. C. y durante un tiempo llegó a ser la capital de los asirios.
A fines de febrero pasado el Estado Islámico difundió un video sobre la devastación de bienes asirios. Destruyeron estatuas en el museo de Mosul y una espectacular y única figura de un guardián asirio que tenía más de 2 mil 600 años de antiguedad.
Diario Crónica.m
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