By Cuando se está consciente de que un acto dañara gravemente y ademas se ignoras toda señal de alerta no se está muy lejos de cometer un suicidio, tristemente esta es la historia reciente del Partido de la Revolución Democrática.
El precio que ha pagado por mantener el poder en unos cuantos se puede apreciar teniendo en cuenta que de 300 fundadores solo 30 aún permanecen militando, es decir, solo el 10% considera que la actual dirigencia continua defendiendo los ideales que ellos mismos iniciaron. Y qué decir de los jefes de gobierno, todos los anteriores se encuentran fuera de esta partido incluyendo al mismo Cuauhtémoc Cárdenas quien no solo fue el primero en ser electo en la ciudad capital sino la principal figura del partido tras su fundación en 1989.
Es triste notar que miembros del PRD han decidido dedicarse a criticar a quienes renuncia sin primero voltear a lo interno para solucionar el motivo de tales sucesos, lo que fragmenta a la izquierda y genera que más personajes abandonen sustentando mi teoría del suicidio.
En el sol azteca solo están permaneciendo operadores, indispensables en cualquier institución política, mas no cuentan ya con figuras con liderazgo a nivel nacional que capitalice el trabajo de base que se esté realizando. Lo más cercano es el actual jefe de gobierno para hay que tener en cuenta que no está afiliado y además ha participado en la campaña negra contra su ex jefe. Quien muerde una mano que en su momento lo ayudo a subir no puede ser considerado un líder a seguir.
Su crisis es grave y profunda, no veo interés de parte de quienes tienen la posibilidad de enderezar su camino para volver a ser aquel sol azteca que unía a la izquierda y representaba a tantos millones de mexicanos que deseábamos una forma de gobierno distinta.
En lo personal, ya no veo reflejados mis ideales progresistas en el PRD. Su concepción de izquierda no la comparto aunque permanece mi admiración por los esfuerzos de grupos que impulsan una agenda que genere un cambio interno de rumbo.
Por tanto y en respaldo a la decisión de Movimiento Progresista, he decidido mantener una distancia con el PRD limitándome a apoyar la agenda que impulsa la secretaria juvenil del mismo la cual ha mantenido una línea progresista a favor de las juventudes del país.
Creo en la izquierda y en la unidad de la misma como única vía en que podrá mejorar la situación de nuestro país, por lo que continuaré defendiendo mis ideales a través del partido Movimiento Ciudadano así como la integración de las distintas plataformas de izquierda a través de Movimiento Progresista que encabeza Marcelo Ebrard a quien considero como el presidenciable más capacitado para lograr el cambio de rumbo que tanto hace falta para nuestro país.
Una patria para todas y todos solo se construirá con el esfuerzo colectivo y con clara oposición a proyectos que claramente no la fomentan.
Por Gerardo Salas.
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