El guionista brasileño Pablo Kaschner afirma que Latinoamérica y Brasil pierden con la muerte de Bolaños un importante elemento de integración. Autor de dos libros sobre los personajes de la serie televisiva El Chavo del Ocho (Chaves, en portugués), Kaschner dice que el humor y la crítica social presentes en la obra del artista mexicano han trascendido lenguas y fronteras.
«El Chavo del Ocho es una serie de humor para todas las edades –de los más pequeños hasta los más adultos– por trabajar con varios tipos de comedia, de las payasadas a los juegos de palabras más complicados y inteligentes, y que, además, transmite grandes valores, como el de la amistad y el de la solidaridad en los momentos más difíciles», cuenta.
«Ninguna familia en el barrio del Chavo es completa. Hay la madre y el hijo, pero falta el padre. Hay el padre y la hija, pero hace falta la madre. Y todos adoptan sus vecinos como parte de su propia familia, en una realidad común a vários países de Latinoamérica. Empezando por el personaje central, el niño huérfano y pobre”, añade Kaschner.
El Chavo del Ocho llegó a la tele brasileña en el año de 1984. Desde entonces, casi no ha dejado de ser emitido por el Sistema Brasileño de Televisión (SBT), junto con las aventuras del Chapulín Colorado. Los episodios, que aún hoy reúnen en frente de la tele diferentes generaciones en el país, son doblados, y los propios dobladores son objeto de gran estima por parte de los más aficionados, que suelen compartir informaciones en las redes sociales o, incluso, promover sus propias reuniones.
Los buenos ratings hacen con que el SBT recurra con asiduidad a los programas de Chespirito para incrementar la popularidad del canal en diversos horarios. Se suele decir que el Chavo del Ocho y el Chapulín Colorado actúan como un auténtico comodín en la programación de la emisora, que pelea por el según puesto entre las teles más vistas en Brasil.
«Sin querer queriendo, Chespirito creó un fenómeno de integración latinoamericana, uniendo culturas distintas y clases sociales diversas. Incluso en Brasil, que no tiene un grand histórico de exhibiciones de contenidos latinos en sus teles», afirma Kaschner.
Un gran aficionado del trabajo de Chespirito desde niño, Kaschner desmenuzó al público brasileño personajes y histórias de Chespirito en dos libros, adoptando los juegos de palabras famosos del artista mexicano para titular sus obras.
La primera fue Chaves de um Sucesso (Claves de un Exito, en traducción libre al español), de la editora Senac, y la segunda fue Seu Madruga – Vila e Obra (Don Ramón – Villa y Obra), de la editora Mirabolante.
El Pais / Staff Campestre
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