La infección por ébola de una auxiliar de enfermería en España, primer caso fuera de África, suscitaba hoy temores a una propagación del virus y llevó a Bruselas a pedir explicaciones al gobierno español de Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (PP).
Pese a todas las medidas de seguridad anunciadas, una técnica sanitaria se infectó tras tratar en un hospital de Madrid a dos misioneros repatriados con ébola de Liberia y Sierra Leona, y fallecidos respectivamente el 12 de agosto y el 25 de septiembre. La mujer -Teresa, de 44 años, según la prensa- fue trasladada durante la noche al mismo Hospital La Paz-Carlos III donde estuvieron ingresados los religiosos.
Otras tres personas fueron hospitalizadas allí: su marido, que presentaba “un alto riesgo” de contagio debido a su proximidad; una enfermera de La Paz que no tuvo fiebre pero sí diarrea y un ingeniero español que llegó de Nigeria.
Mientras tanto, las autoridades emprendían una carrera contrarreloj para localizar a quienes mantuvieron contacto con la mujer, casada y sin hijos, que se encontraba de vacaciones desde el 26 de septiembre. Ya pusieron bajo vigilancia a 52 personas.
“Con la paciente se ha podido hablar, pero no sólo con ella, se habló con todo el personal sanitario que la atendió, con su marido, con todas las personas que la rodearon que pueden permitir hacer una lista amplia, incluso podemos decir exagerada de todas las personas que han podido tener un contacto mínimo con ella”, dijo Fernando Simón, coordinador del centro de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, a la radio privada Cadena Ser.
“A todas estas personas se les pondrá en observación”, añadió, recordando que “la posibilidad de contagio existe”.
Los países miembros de la UE habían establecido procedimientos coordinados para prevenir la entrada del virus en su territorio, de 507 millones de habitantes.
“Hubo evidentemente un problema en algún momento”, consideró Frederic Vincent, portavoz de la Comisión Europea, que pidió al ministerio de Sanidad español “que esclarezca” lo ocurrido. Pese a todo, “no hay inquietud” en Bruselas, afirmó, asegurando que la propagación del virus “en Europa sigue siendo una hipótesis altamente improbable”.
El caso español no hizo abortar el plan de repatriación de una doctora noruega de Médicos Sin Fronteras infectada de ébola en Sierra Leona y que llegó hoy a Oslo. Sin embargo, en todo el continente las bolsas sufrieron fuertes caídas, sobre todo en los valores aéreos (Lufthansa -5.16%) y el turismo, uno de los pilares de la economía española (11% del PIB).
Según su marido, contactado por el diario El Mundo, la auxiliar de enfermería española, que se había presentado voluntaria para tratar al segundo misionero, había “hecho todo lo que le dijeron”. En opinión de sindicatos de enfermeros españoles, las medidas de seguridad fueron “ineficaces” durante la hospitalización de los religiosos.
“Ha habido algunos fallos que hemos denunciado con el primer caso”, explicó a la AFP Charly Manuel Torres, portavoz del sindicato CSIF. “Uno de los fallos que he visto es que sigue sin darse cursos, sin dar protocolo de actuación a la gente nueva”, agregó.
Con sus uniformes de trabajo blancos o verdes, varias decenas de médicos y enfermeros se manifestaron frente a los hospitales madrileños de La Paz y Carlos III, donde se trata a los pacientes afectados de ébola. “¡Ana Mato, dimisión!”, gritaba en referencia a la ministra de Sanidad.
“Todo se hizo deprisa y corriendo”, denunciaba a la AFP Elena Moral, una portavoz del sindicato de funcionarios CSI-F. Este sindicato, como otros, había denunciado la “improvisación” cuando el primer misionero español enfermo de ébola había sido repatriado de Liberia, el 7 de agosto, fustigando, en un contexto de crisis de la salud pública en España, la falta de formación del personal y de protecciones adecuadas.
“Se debería entrar con el traje de nivel 1, de máxima protección, que tiene oxígeno interno”, pero en su lugar se utilizaba un mono de protección menor, nivel 3, con mucha mayor porosidad, explicó Charly Manuel Torres, enfermero y portavoz del CSI-F, que trató al primer misionero repatriado.
Moral denunció también el tratamiento de los religiosos en unas instalaciones que estaban siendo desmanteladas a raíz de los drásticos recortes presupuestarios ordenados por el gobierno de Rajoy en el marco de su política de austeridad para reducir el déficit público.
Marcada por la integración del Hospital Carlos III en el gran conjunto hospitalario de La Paz, la gestión del sector sanitario por el gobierno regional de Madrid, también dirigido por los conservadores del PP, es duramente criticada por el personal médico, que lo acusa de buscar su privatización.
Desde 2012, miles de profesionales del sector y pacientes desfilaron en innumerables manifestaciones, conocidas en España como “mareas blancas”, en defensa de la salud pública.
Esforzándose por mandar un mensaje tranquilizador, las autoridades abrieron una línea de teléfono y un correo electrónico para aclarar las dudas de la población.
Oposición y sindicatos dispararon hoy artillería pesada contra el gobierno español tras la contaminación dela sanitaria que cuidó a dos enfermos de ébola repatriados de África, un verdadero “fracaso nacional” debido, según ellos, a “fallos” en el protocolo de seguridad.
Es un “fracaso nacional”, un “fracaso de gestión sanitaria de este gobierno” y un “fracaso de gestión internacional” de la epidemia, lanzaba en el parlamento Gaspar Llamazares, de la coalición ecologista-comunista Izquierda Unida, una hora después que la Comisión Europea pidiera explicaciones a España por este contagio, conocido el lunes.
“Hay un fallo en el protocolo, es evidente”, subrayaba también el diputado del partido centrista UPyD Toni Cantó, dirigiéndose a la directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, interrogada por una comisión parlamentaria.
“España colabora activamente siguiendo todas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud” y “la información que va suministrando fundamentalmente el centro de control de enfermedades europeo”, se defendió ella.
Al mismo tiempo desde su ministerio, se admitía que “algo haya fallado”: “vamos a revisar (los protocolos), aunque otra opción es que se haya podido errar, no sé si de manera humana o técnica”, afirmó Fernando Simón, coordinador del Centro de Alertas y Emergencias, a la radio privada Cadena Ser.
Explicaciones insuficientes para la oposición, que reclamaba hoy en bloque la comparecencia ante los diputados de la ministra de Salud, Ana Mato, demasiado “silenciosa” en opinión de Llamazares. Acompañada de responsables médicos, Mato había llamado a la población a la calma el lunes por la noche.
Esta no es la primera controversia que rodea a la ministra, salpicada principalmente por la presunta implicación de su marido, del que está separada, Jesús Sepúlveda, en un vasto caso de corrupción que sacude al Partido Popular (PP, derecha) en el poder en España.
“Hay preocupación de la ciudadanía”, subrayaba hoy un portavoz de los socialistas, principal grupo de la oposición, José Martínez Olmos, “en algunas cosas con fundamento, en otras por falta de información”.
“La pérdida de confianza que hoy caracteriza a la ministra de Sanidad respecto de los profesionales sanitarios y respecto de la población es un inconveniente y eso debe preocupar también al presidente del gobierno” Mariano Rajoy, agregaba.
Según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fiebre hemorrágica del Ébola causó 3,439 muertos en África occidental de 7,478 casos en cinco países: Sierra Leona, Guinea, Liberia, Nigeria, Senegal.
Se registró también un pequeño brote en la República Democrática de Congo y el lunes apareció una enfermedad emparentada, la fiebre Marburg, en Uganda, con un muerto y ocho casos sospechosos.
El África subsahariana conservará un crecimiento “robusto” de 5.1% de media este año y de 5.8% en 2015, indicó hoy el Fondo Monetario Internacional, aunque precisando el impacto de la epidemia en la economía de los países africanos más afectados.
“Si la epidemia no se controla, podría tener consecuencias muchas más amplias” en la economía mundial, advirtió. Fue en Estados Unidos donde se registró el primer caso diagnosticado fuera de África, la semana pasada, cuatro días después que el enfermo llegara procedente de Liberia.
El presidente Barack Obama subrayó el lunes que los riesgos de epidemia de ébola en Estados Unidos son “extremadamente débiles”, asegurando que la calidad del sistema de salud es capaz de controlar su propagación.
Consideró, sin embargo, que ante el avance de la epidemia en África occidental, la respuesta de la comunidad internacional está siendo “insuficiente” y anunció que presionará a sus homólogos para que se impliquen más en esta lucha.
La Unión Africana (UA) ya había reclamado antes más medios contra el virus. Los países africanos más afectados por esta epidemia de fiebre hemorrágica, “no tienen suficiente personal de salud” y “una parte sucumbió a la enfermedad”, declaró la presidenta sudafricana de la Comisión de la UA, Nkosazana Dlamini-Zuma.
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