Siempre enfocado en su área profesional
Miguel Antonio Osuna Millán es un hombre que se ha decantado airoso por cuatro vertientes del saber y el quehacer humano que, a fin de cuentas, son los fundamentos de su sólida personalidad pública y privada. En orden indistinto, Miguel Antonio es un humanista, luego médico; es un político activo con o sin curul, también escribe ciencia y hace de la memoria personal, obra literaria.
Para coronar su sobrada hoja curricular y de vida, ha sido catedrático de nuestra Alma Mater, la UABC, durante 14 años consecutivos, acercando y enseñando sus conocimientos a las nuevas generaciones de estudiantes, y en esa otra faceta humanística, ha contribuido a la cultura binacional de la región, tarea en la que, sin proponérselo, ha obtenido premios y reconocimientos: Lo ha hecho por el gusto de colaborar a estrechar los lazos de México y Estados Unidos.
En el servicio público ha sido legislador y funcionario estatal y municipal. Todas estas presencias en el espacio público del médico odontólogo, hijo de padre y madre sinaloenses, pero enraizado en tierra bajacaliforniana desde hace ya bastante tiempo, han sido destacadas y fundamentalmente con propósitos de servicio a la sociedad.
Gracias a su formación académica, política y ética fue representante popular de la Cámara Baja del Congreso de la Unión, de 2009 a 2012, representan- do el Distrito VI de Tijuana, y luego fue diputado local de la XXII Legislatura de Baja California, ambos cargos por el Partido Acción Nacional.
Cuando fue diputado federal, presidió la Comisión de Salud desde donde gestionó y promovió iniciativas de leyes relacionadas con la salud pública como la reforma a la Ley General de Salud que crea el Banco de Leche Materna, la que regula la Normatividad para el uso y disposición de Órganos y Tejidos, y fue autor de la primera legislación en América Latina sobre medicamentos huérfanos para padecimientos de baja incidencia en la población mexicana, enfermedades raras, costosas y complejas de tratar.
Siempre enfocado en su área profesional, el doctor Miguel Osuna Millán cumplió con creces el encargo que le hizo la sociedad en el Congreso de la Unión pues, hay que decirlo, las iniciativas de reforma promovidas por el entonces legislador federal, hoy día benefician a sectores específicos de la comunidad mexicana.
Al considerar el ámbito público como un territorio donde se puede servir y crear instrumentos de apoyo a la sociedad, este político bajacaliforniano por adopción, fue secretario de Salud durante 2013 y 2014; posteriormente compitió y ganó una diputación local en 2016, cargo que ocupó hasta 2019. Durante este periodo legislativo, el doctor Miguel Antonio Osuna Millán impulsó varias iniciativas de gran trascendencia, todas ellas relacionadas con la salud pública.
La etapa de la creación literaria y de investigación académica
Luego que concluye su gestión en el Congreso local, el médico odontólogo se propuso abrirle los ojos a la sociedad y al gobierno bajacalifornianos, incluido al poder legislativo, en cuanto al grave problema de las adicciones en el estado.
Y liderando un grupo de expertos, académicos, especialistas y médicos, concibe, reúne materiales y escribe el libro “Con los dedos en la puerta” que se convirtió en una voz de alerta en torno a la drogadicción, cuyo propósito cardinal era encontrar un diagnóstico real y actual de las causas y efectos de esa problemática social.
Este documento creativo caló hondo en las estructuras del poder estatal y legislativo habida cuenta de los hallazgos que quedaron registrados en esta obra que aborda la indiferencia con que se ha tratado el grave problema de las adicciones en Baja California.
La memoria y el deseo de trascender
Si bien el libro “Con los dedos en la puerta” ya era una obra que le permitía trascender en el tiempo y en el espacio social, el doctor Miguel Antonio Osuna Millán se propuso explorar en la experiencia personal y, apoyado en su vocación literaria, escribe el libro “Cuentos para Alejandro” en el que desata el torrente de la memoria de sus años mozos en Agua Caliente de Gárate, Concordia, Sinaloa, pueblo de la patria nuestra donde vio la primera luz.
Este texto poblado de nostalgias, es una colección feliz de los cuentos que de viva voz le platicaban su abuelo y su fina- do padre Alejandro Osuna Herrera al autor, y éste a su vez, tiempo después, se los contaba a su hijo Alejandro, en la tierna infancia, a la hora de dormir.
Respecto a su vívida experiencia literaria, este polifacético ciudadano del mundo ha dicho en más de una ocasión que su más profunda aspiración que tiene sobre la mesa, al momento de escribir, es trascender a su propia condición humana y conjurar los límites formales del tiempo. Otra aspiración importante de Miguel Antonio Osuna Millán padre, es edificar una imagen en la memoria de su hijo Alejandro: Que lo recuerde como un contador de cuentos y un tejedor de sueños y fantasías. Y todo indica que lo ha conseguido.
Actualmente está enfocado de nuevo a su profesión médica, ejerciendo con pasión la odontología, siempre enfoca- do en el servicio a la salud humana desde su especialidad en la que destaca por su calidez y calidad humana.
El profesional médico, político por convicción, escritor, analista y activista social, tiene la satisfacción personal del deber cumplido. Y en este caminar por la vida, contribuyendo y proponiendo mejores condiciones de vida para todos, se ha encontrado con afectos y reconocimientos.
Por su altruismo y trabajo profesional obtuvo el Premio Binacional Agustín Lara y la medalla del mismo nombre, por el apoyo a la cultura en México y Estados Unidos, así como el Premio de la diputación de Ávila, España, en reconocimiento a su trabajo legislativo en materia de salud.
Dentro de su curriculum formal, el doctor Miguel Osuna fue consejero nacional de Salud, secretario de Salud de Baja California, presidente de la Comisión de Salud del Congreso federal, y es cirujano dentista por la UABC, certificado por la Asociación Dental Mexica- na, especialista en Periodoncia por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, certificado por el Consejo Mexicano de Periodoncia AC, y cuenta en su haber con 28 años de práctica médica privada.
Volver al origen
Aunque nunca renunció a su vocación pro- fesional en sus muchos años de servidor pú- blico, diputado, político, escritor y analista, en la actualidad ha regresado con todo el im- pulso y plenamente a su práctica médica.
Abrió el consultorio dental de especialidades odontológicas Osuna Millán Dental Center, cuya denominación se remite a honrar y rendirle tributo al buen nombre de la familia de donde proviene.
En sus dos domicilios de New Medical Plaza y Condominios Plaza Californias, en el corazón de la Zona Urbana Río Tijuana, un grupo de dentistas especializados con más de 20 años de experiencia, y liderados por el doctor Miguel Antonio Osuna Millán, ofrecen servicios de alta calidad profesional y calidez humana.
En palabras del propio profesional, en Osuna Millán Dental Center la prioridad es el ser humano. “Nosotros vemos y tratamos a personas no clientes, y vemos seres humanos con problemas de salud dental, no bolsillos”, dice.
Apoyado en un equipo de especialistas egresados de universidades de diversas partes del mundo y por supuesto, de nuestra Alma Mater, la UABC, en Osuna Millán Dental Center se ofrecen las especialidades en Implantes Dentales, Endodoncia, Periodoncia, Odontopedia- tría, Ortodoncia y Odontología Estética.
Con el poder su acervo académico, aunado a su experiencia de más de 28 años, el doctor Miguel Antonio Osuna Millán ha irrumpido con fuerza en esta nueva faceta económica de Tijuana: el turismo de salud al que contribuye con profesionalismo y dedicación.
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