By En un evento sin precedentes, la delegación mexicana desfiló por el Río Sena para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024.
En una ceremonia de apertura que quedará en la memoria de todos, la delegación mexicana hizo su entrada triunfal en los Juegos Olímpicos de París 2024. Navegando por el icónico Río Sena en la embarcación número 50, los atletas mexicanos lucieron su uniforme de gala blanco, adornado con detalles en rosa y un distintivo diseño del Ángel de la Independencia en negro.
El equipo, liderado por los abanderados Alejandra Orozco y Emiliano Hernández, ambos figuras destacadas en el deporte mexicano, ondeó con orgullo pequeñas banderas tricolores.
«Estoy emocionada, es un honor mostrarle al mundo lo que es México, la esencia del mexicano en que somos guerreros y nos vamos a parar en cualquier escenario a dar lo mejor de nosotros», compartió Alejandra Orozco, doble medallista olímpica, reflejando el espíritu combativo y apasionado de su país.
Emiliano Hernández, igualmente emocionado, agregó: “Se siente la unidad, estamos muy emocionados. Un saludo a todo México y esperamos que nos echen toda la energía y las porras que la vamos a necesitar”. Su entusiasmo resonó entre los compañeros de equipo y espectadores, creando una atmósfera de anticipación y comunidad.
La ceremonia no solo fue una muestra de moda y espíritu deportivo, sino también un espectáculo de unidad y seguridad. Con un fuerte dispositivo de seguridad en marcha, los atletas se sintieron respaldados y seguros mientras representaban a su país en uno de los escenarios más emblemáticos del mundo.
El jueves pasado, México también comenzó su competición en tiro con arco, donde Alejandra Valencia destacó por su emotiva actuación, quedando Matías Grande muy cerca del Top 10, demostrando el alto nivel de preparación y compromiso de los atletas mexicanos.
Mari José Alcalá, presidenta del Comité Olímpico Mexicano, y Bernardo de la Garza, Jefe de Misión, estuvieron presentes en la Plaza Trocadero, apoyando a los atletas y sumándose a la vibrante energía de la jornada.
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