En cualquier entidad estatal, la nómina de educación es la mas cuantiosa del Presupuesto. El problema es el falso control de la nómina que decían tener las Secretarias de Educacion de esos Estados del País. No hay auditoría que no exhiba el manejo discrecional del dinero por parte de los gobiernos estatales. La de hoy es un nuevo botón. Uno bastante grande que tiene nerviosos, enojados, preocupados a varios mandatarios estatales.
Esta es la historia:
Desde que comenzo este año 2015, la Secretaría de Hacienda tomó control de la nómina de maestros.
Antes, Hacienda transfería a los gobiernos de los estados el monto de los pagos para los profesores que pertenecían a la nómina federal (los maestros contratados directamente en una nómina estatal no representan más del 10% del total). Quedaba entonces en manos de los estados repartir esos recursos profe por profe.
Pero a partir de la reforma constitucional en materia educativa, se dio la orden de que eso cambiara. Y a partir del primero de enero de este 2015, la Federación paga directamente a cada maestro.
Según fuentes bien informadas, ese proceso ha puesto en evidencia los desvíos que realizaban prácticamente todos los gobiernos estatales con el dinero de los maestros: metían en la nómina a personas que no tenían nada que ver con las aulas y se quedaban con el pago de impuestos y las cuotas que retenían a los profesores que quién sabe en qué gastaban (¿campañas políticas, compra de voluntades, lujos personales, más secretarias, choferes, asistentes, casas?).
Los números son de escándalo:
Según las mismas fuentes, solamente durante las primeras cinco quincenas de este año, Hacienda detectó 11 mil millones de pesos que se pagaban a supuestos maestros. Ese dinero ya no está siendo transferido a los gobiernos estatales.
Además, se dio cuenta de que los gobiernos estatales retenían a los profesores el Impuesto Sobre la Renta (ISR) pero no lo transferían a la Federación. Estamos hablando de 6 mil millones de pesos durante esos dos meses y medio.
De la misma manera, entre enero y mediados de marzo, los auditores de Hacienda notaron que los estados retenían las cuotas del ISSSTE y Fovissste. Ahí hay ¡13 mil millones de pesos!
En suma, sólo en cinco quincenas, un ahorro de 30 mil millones de pesos.
Ya me imagino lo infelices que estarán los góbers que pueden con esto dejar de tener su caja chica a costa de la educación de los niños mexicanos.
Carlos Loret
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