La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) interpuso una denuncia ante la PGR por la agresión de normalistas, maestros y presuntos activistas que intentaron ingresar de manera violenta a las instalaciones del 27 Batallón de Infantería en Iguala, Guerrero.
Además precisó que los militares actuaron con base en el protoloco de uso de la fuerza únicamente para detener el avance de los atacantes.
En un comunicado, condenó «enérgicamente» estos hechos y ratificó su pleno respeto a la libertad de reunión, asociación y manifestación de las ideas.
Precisó que el agente del Ministerio Público Militar presentó la denuncia correspondiente ante la Procuraduría General de la República.
Informó que 11 militares resultaron lesionados, uno con fractura expuesta de peroné que le provocó un petado, además de cinco policías estatales que resultaron con golpes contusos y uno por herida penetrante en el glúteo, además de los conductores de camiones de las empresas Coca Cola y de Cerveza Corona que fueron utilizados en el ataque.
«Aproximadamente 200 personas, la mayoría con el rostro cubierto, intentaron ingresar por la fuerza a la instalación militar. Tras forzar la reja de ingreso empleando un automotor de carga de una empresa refresquera, agredieron a personal de la policía militar, mediante el uso de extinguidores y el lanzamiento de petardos, piedras y botellas que obtuvieron mediante la retención de un tráiler que transportaba cerveza.
«La policía militar, que tiene la responsabilidad de resguardar la seguridad de las instalaciones castrenses, utilizó escudos antimotines con el único propósito de detener el avance de los agresores. Lo anterior, conforme a los protocolos establecidos en el Manual del Uso de la Fuerza de aplicación común a las tres Fuerzas Armadas, atendiendo a los principios de oportunidad, proporcionalidad, racionalidad y legalidad y estricto respeto a los derechos humanos. Cabe mencionar que el personal militar no utilizó gases lacrimógenos para repeler a los manifestantes», agregó.
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