El desarrollo económico no está, o no debería estar peleado con el medio ambiente. En ello la responsabilidad es compartida entre los gobiernos y los ciudadanos, sin embargo, ninguna de las partes ha asumido a cabalidad el compromiso.
El tercer día de actividades de Tijuana Innovadora 2014 “Diáspora Mexicana, el talento que voló al norte”, inició de una forma muy original, con poesías dedicadas al medio ambiente y la naturaleza dichas de viva voz por miembros de asociaciones ambientalistas de la región, en el panel titulado “Versos de la Naturaleza”.
En versos, los ambientalistas reclamaron a las autoridades presentes en el panel, el deterioro de distintas zonas de la región como El Alamar o Río Tijuana. Algunos de los grupos representados fueron Sociedad de Plantas Nativas de Baja California, Proyecto Fronterizo de Protección Ambiental, Red Mexicana de Manejo Ambiental de Residuos Químicos y Pro Natura Baja California.
Por parte de las autoridades el panel lo encabezó Alfonso Blancafort Camarena, delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) quien puntualizó que en cuestión de cuidado ambiental no hay esfuerzo del gobierno que sea suficiente si no hay colaboración de la ciudadanía.
Mientras que Carlos Graizbord, secretario de Protección al Ambiente en Baja California, expuso que es necesario empezar a regular más enérgicamente el uso del suelo y repensar en un planeación trasfronteriza. En tanto que el ambientalista José de Jesús Luévano se refirió a la apatía de la sociedad en general: “Nos hemos acostumbrado a ver ríos secos”
Graizbord criticó que la sociedad mexicana nada más reaccionamos ante las crisis en lugar de prevenir y “nos dedicamos mucho a hacer diagnósticos y nunca pasamos a los proyectos o programas”.
Contrario a lo que algunos ambientalistas de la sociedad civil expusieron, el titular de SEMARNAT dijo que si hay un tema donde autoridades y ciudadanos deben estar juntos, ese es el medio ambiente, “los gobiernos que piensan que pueden solos, están equivocados”.
Luévano expuso que la brecha entre el desarrollo económico y la protección al ambiente aún está muy abierta, y más aún en nuestra región. “La frontera es una zona muy vulnerable, con muy pocos recursos, y a pesar de ello es una zona que se explota mucho, eso es triste. La frontera amortigua muchos problemas, entre ellas el del agua, no estamos pensando qué vamos a hacer para obtenerla dentro de 50 o 60 años”, expuso.
En ese sentido, el ambientalista agregó que ya se ha pensado en desalinizar el agua de mar, pero sin valorar adecuadamente la serie de implicaciones que esto tendrá para el ecosistema. Así, Blancafort explicó que “los seres humanos seguimos siendo muy soberbios, y la soberbia debemos cambiarla por miedo hacia la naturaleza, porque ´nos la va a cobrar´ algún día”.
En cuanto al gran problema de la basura, Carlos Graizbord, dijo que el problema pareciera irremediable de raíz, pues la gente no recicla los desechos en su casa, esperando que el gobierno recoja el cien por ciento de la basura, mientras éstos, y las compañías privadas de recolección, igual, terminan tirando los desechos en terrenos a cielo abierto, “los tiraderos clandestinos son un problema muy grande” afirmó.
Blancafort refirió que sólo se recicla el 9 por ciento de la basura, mientras el 91 por ciento termina en los rellenos sanitarios. “Tenemos que hacer un verdadero cambio de conciencia”, concluyó.
La reflexión final la dio el empresario Gastón Luken, organizador del panel, quien dijo que por el momento “Tijuana Verde” es sólo un nombre, pero que se debe aplicar a todos los aspectos de nuestra vida en sociedad. Agradeció a las asociaciones civiles en pro de la naturaleza presentes, que durante muchos años han trabajado en situaciones poco favorables, pero con mucho compromiso y responsabilidad. “Esos son los primeros brotes de lo que será una Tijuana Verde”, remató.
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