Chocolates, tortas, helados…sí. Admiramos a las chicas que pueden comerlos sin engordar un gramo, ¿pero qué pasa cuando el resto de nosotras estamos a dieta y tenemos una de estas tentaciones en nuestras narices?
Aunque creas que evitarlos a toda costa es la solución, privarse de un dulce puede causar ansiedad y traer como consecuencia una ingesta exagerada de postres, que solo significa más azúcar, y más calorías.
Así que ¡buenas noticias!, cuando tengas antojos, sí los puedes comer, pero si no quieres engordar y perder la batalla contra la dieta, tenemos algunos tips que debes tener en mente antes de tener el plato frente a ti:
– Lo primero que tienes que saber es que no todos los dulces fueron creados igual. Los que compras en el supermercado o en un kiosko contienen exceso de azúcar, jarabe de maíz de alta fructosa, aceites hidrogenados, ingredientes artificiales, y químicos tóxicos. Lo más recomendable es comprar chocolates y postres orgánicos, hacerlos tú misma en casa, o sustituir el chocolate de leche por chocolate amargo.
– Come en moderación: las porciones pequeñas calmarán tu ansiedad y te sentirás satisfecha sin romper tus nuevos hábitos alimenticios. En vez de comerte toda una barra de chocolate, con un pedazo es suficiente.
– Si estás en el día en que decidiste darte un gusto, equilibra el resto de tus comidas para darle espacio al postre, y recuerda no comer más de la cuenta al día siguiente.
– Busca postres que tengan menos mantequilla y cremas (por ejemplo, prefiere la torta esponjosa a la cremosa, helado bajo en grasas, etc).
– Si estás en un restaurante, y aparece la irresistible carta de postres, elije una porción y compártela con tu cita.. ¡Así reducirás las calorías a la mitad!
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