De 129 Centros de Readaptación Social (Ceresos) visitados en el país, en 111 no existe separación entre procesados y sentenciados; en 104 es insuficiente el personal de seguridad y custodia; en 96 son deficientes las condiciones materiales y de higiene de las instalaciones; en 92 son insuficientes las actividades laborales y de capacitación para el trabajo; en 84 se observaron “áreas de privilegios”, así como presencia de objetos y sustancias prohibidas.
Además, en 76 existe hacinamiento, en 66 sobrepoblación y en 63 existen deficiencias en la alimentación, difundió la CNDH.
En tanto, de los 20 Centros Federales de Reinserción Social (Ceferesos) visitados, en 18 se observó insuficiente personal médico, así como de seguridad y custodia; en 17 hay insuficientes actividades laborales y de capacitación para el trabajo; en 13, deficiencias en la atención psicológica; en 12 deficiencias en la atención médica y en la separación entre procesados y sentenciados; en 10 hay hacinamiento y deficiencias en las acciones para atender incidentes violentos.
En tanto, en las prisiones militares “se destaca la falta de separación entre procesados y sentenciados en áreas comunes y, para el caso de internos sentenciados, inexistencia de actividades laborales remuneradas”.
Ante estas condiciones, la CNDH envió recomendaciones “a las distintas autoridades relacionadas con el tema de supervisión penitenciaria, para que en el ámbito de sus respectivas competencias lo conozcan y adopten las medidas necesarias”.
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