Más de 650 combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI) llegaron esta madrugada a la ciudad iraquí de Mosul (norte), provenientes de Tikrit, ciudad liberada ayer por las fuerzas leales al Gobierno de Bagdad.
Según informó Mohamed Ibrahim al Bayati, presidente de la Comisión de Seguridad del Consejo Provincial de Nínive, cuya capital es Mosul, los yihadistas huían de los combates en Tikrit, donde los milicianos del EI resistieron hasta ayer el acoso de las fuerzas de gubernamentales, que comenzó a principios de marzo.
Las fuerzas iraquíes recuperaron ayer esa estratégica ciudad situada a 225 kilómetros al sur de Mosul, lo que supone un duro golpe contra el EI y abre el camino hacia la liberación del norte del país, y en especial de Mosul, principal bastión del grupo en Iraq.
Poco después de que el Gobierno anunciara la conquista de Tikrit, el ministro de Defensa iraquí, Jaled Al Obeidi, mantuvo una reunión con los máximos responsables del Ejército para comenzar las preparaciones de la ofensiva militar contra Nínive, sobre la que no trascendieron detalles.
La caída de la provincia de Saladino supone un duro golpe para los yihadistas, ya que limita con otras siete provincias, es la primera productora de trigo del país y acoge la mayor refinería de petróleo de Iraq.
Su control permite el bloqueo de las rutas de traslado de los yihadistas entre Al Anbar, Nínive y zonas del sur y el oeste de Kirkuk.
Alrededor de 30 mil efectivos participaron en la conquista, que contó en la última semana con el apoyo de la aviación de la alianza comandada por Estados Unidos.
Tikrit tiene también un componente simbólico ya que el fallecido presidente Sadam Husein era originario de esa zona y allí se encuentra su mausoleo, que quedó destrozado tras los combates entre las fuerzas gubernamentales y el Estado Islámico a mediados de este mes.
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