La decisión de Escocia de permanecer en el Reino Unido privó a los independentistas en toda Europa de un impulso político que podría haber influido en sus propia ambiciones separatistas, pero el viernes el parlamento de Cataluña concedió poderes a su líder regional para convocar una consulta secesionista, vista como ilegal por el gobierno central en Madrid.
El prospecto de una Escocia independiente cautivó a separatistas europeos además de los catalanes. Entre ellos están los vascos en el norte de España, los corsos que quieren separar la isla de Francia, los italianos de varias regiones norteñas y los belgas flamencos que demandan más autonomía, independencia o unión con Holanda.
Ferrán Abelló, un entrenador de perros de 38 años, dijo que si Escocia hubiese elegido la independencia habría proporcionado una hoja de ruta con los pasos para separarse de un país y buscar, más tarde, la entrada en la Unión Europea.
«Hay pasos que Escocia hubiera dado primero», dijo en la capital catalana, Barcelona. «Sin embargo, tuvieron la oportunidad de votar y votaron ‘No’, así que nosotros tendremos que derribar esa puerta».
El resultado del referéndum escocés podría retrasar varios años los esfuerzos secesionistas exitosos, dijo Marc Hooghe, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Leuven en Bélgica.
«Los escoceses podrían haber abierto camino para otras regiones. Fracasaron. Así que ahora necesitaremos un nuevo ‘pionero’ y ese nuevo pionero tiene muchas menos oportunidades de conseguir su adhesión a la UE de forma suave», dijo.
El presidente de Cataluña, Artur Mas, dijo que él apoyó el «Sí» en Escocia, pero destacó que los catalanes solo quieren tener las mismas posibilidades que los escoceses.
«Lo que pasó en Escocia y Reino Unido no es un revés para nosotros porque lo que realmente quiere Cataluña es tener la posibilidad de votar, la misma posibilidad», dijo Mas a periodista.
El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, ha prometido repetidamente impedir la consulta del 9 de noviembre que los separatistas catalanes quieren realizar en la rica región mediterránea de 7,5 millones de habitantes.
A diferencia de la votación en Escocia, el referéndum en Cataluña no resultaría en una secesión. Le preguntaría a los catalanes si estar a favor de la secesión. Mas ha dicho que, si la respuesta es sí, le daría un mandato político para negociar un camino a la independencia.
La constitución española no permite referéndums que no incluyan a todos los españoles y expertos dicen que la Corte Constitucional de España declararía la consulta ilegal.
Más tarde el viernes, el parlamento de Cataluña aprobó por 106 a 28 votos capacitar a Mas para convocar la consulta prevista para el 9 de noviembre. El mandatario no dijo cuándo firmará el decreto necesario para fijar la votación.
Santi Rodríguez, diputado del Partido Popular de Rajoy en el parlamento catalán, dijo que no sería justo que solo los ciudadanos de Cataluña pudiesen votar.
«No somos siete millones los únicos que nos veríamos afectados por esto, son 47 millones», dijo en referencia al total de la población española.
Rajoy no mencionó la situación en Cataluña en declaraciones grabadas el viernes con su respuesta al referendo de independencia en Escocia, pero felicitó a «ciudadanos escoceses que ayer decidieron de una forma clara e inequívoca continuar siendo parte del Reino Unido y consiguientemente, de la Unión Europea».
Cataluña comparte rasgos culturales con el resto de España, pero muchos de sus habitantes se enorgullecen de las profundas diferencias basadas en el idioma. La región, una potencia financiera, es clave para ayudar a España a salir de la crisis económica, pero muchos catalanes se sienten decepcionados por los beneficios económicos que proporcionan al resto del país.
Las encuestas indican que los catalanes están casi equitativamente divididos sobre la independencia — pero esa cifra cae considerablemente cuando se pregunta a la gente si está a favor de una Cataluña independiente fuera de la Unión Europea.
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