El fabricante automotriz chino BYD decidió frenar sus planes de construir una planta de producción en México, en medio de un entorno marcado por tensiones geopolíticas y la falta de claridad en las políticas comerciales de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump.
La noticia fue confirmada por Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de la compañía, durante una entrevista realizada esta semana en Bahía, Brasil, donde la empresa está inaugurando su primera fábrica fuera de Asia.
“Los problemas geopolíticos tienen un gran impacto en la industria automotriz”, señaló Li, citada por Bloomberg News. “Ahora todos están replanteando su estrategia en otros países. Queremos esperar a que haya más claridad antes de tomar una decisión”, agregó.
La compañía, reconocida como el mayor fabricante de vehículos eléctricos de China, continúa interesada en expandir su presencia en el continente americano, pero por ahora no tiene un cronograma definido para retomar la inversión en México. Según el reporte, BYD había evaluado tres posibles ubicaciones en territorio mexicano y detuvo la búsqueda en 2023 a la espera del desenlace de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
De acuerdo con Bloomberg, la cautela de la empresa responde también a preocupaciones estratégicas del gobierno chino. En marzo, el Financial Times informó que el Ministerio de Comercio de China retrasó la autorización del proyecto ante el riesgo de que Estados Unidos pudiera acceder a la tecnología de BYD si la planta se instalaba en México.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró en marzo que BYD no había presentado ninguna oferta formal de inversión.
Posteriormente, el anuncio de la administración Trump de aplicar aranceles generalizados sobre importaciones de múltiples socios comerciales —incluidos los automóviles— incrementó la incertidumbre en la cadena de suministro del sector automotor.
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