Japón buscó el miércoles respaldo internacional para su tan criticado plan para reanudar la caza de ballenas en el Ártico el próximo año, a pesar de un fallo en contra emitido por el máximo tribunal de la ONU.
Japón negoció en la conferencia de la Comisión Ballenera Internacional en Portoroz, Eslovenia, para enmendar una resolución al criterio mundial sobre ballenas que permita a los japoneses su «ciencia ballenera».
El plan, que podría permitir la matanza de cientos de estos animales acuáticos, ocasionó enfrentamientos entre los países que apoyan la caza de ballenas y los que no.
La caza de ballenas con motivos de investigación está exenta de una prohibición comercial impuesta en 1986 y Japón busca cazar más animales con esa base. Pero en marzo pasado, la Corte Internacional de Justicia de la ONU determinó que el programa japonés no es científico y aporta poco a la investigación.
La corte determinó que puede permitirse algo de caza «científica» de ballenas bajo condiciones muy estrictas.
Joji Morishita, jefe de la delegación japonesa, dijo que el «fallo de la corte sólo dice que Japón debería revocar la autorización existente o un permiso para sus actividades previas de caza, no las otras actividades de permiso especial».
Pero Australia, que lidera la oposición al plan de Japón, declaró que Tokio no ha convencido que su caza no es para fines comerciales, como la producción de carne y aceite.
El comisionado de Australia Michael Johnson dijo que su país considera «que la investigación científica letal simplemente no es necesaria».
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