A los veintitantos, Tom Mammone se doctoró en biología molecular por la Universidad de St. Johns, en Nueva York. En 1986, Clinique lo contrató para crear el Laboratorio de biología para la piel, donde cultivaban células para estudiar el proceso de envejecimiento. Hoy, se desempeña como director ejecutivo de investigación y desarrollo de la marca, la primera en lanzar, en 1976, una línea masculina. En diálogo con Life & Style, nos cuenta cómo frenar el pasado del tiempo en nuestra piel.
¿Qué hacer cuando ya tenemos arrugas? ¿Es demasiado tarde?
Nunca es tarde: hay que usar Factor de Protección Solar (FPS) a diario, lo más pronto posible -idealmente, desde niños-. El sol es la principal causa de envejecimiento, por lo que también hay que usar hidratantes con antioxidantes para fortalecer la piel. Un área crítica, aquella alrededor de los ojos, 10 veces más fina que el resto de la cara. Para esa zona hay que usar productos específicos. Nuestro enfoque para combatir las arrugas es incrementar la producción de colágeno en la epidermis. La cafeína calma la piel y trabaja junto a aminoácidos “C” para ayudar a que las células que transportan el colágeno lleguen hacia las arrugas.
¿La piel del hombre es más resistente al sol que la de la mujer?
No, los hombres tienen la piel más gruesa, pero, eventualmente, el envejecimiento nos llega a todos por igual. Hay otra ventaja para el hombre: por el afeitado, continuamente exfolia y renueva sus células. Hasta hace poco, los hombres en general eran menos cuidadosos con el sol, por eso ves a muchos con daño solar en forma de puntos oscuros en la piel, decoloración y vasos sanguínea rotos. No dejaré de repetir lo importante que es usar un bloqueador solar.
¿Qué piensas del boom de la cosmética masculina?
Este mercado ha cambiado tremendamente: hoy, uno de cada cuatro hombre usa algún tratamiento para la piel y busca productos “sólo para hombres”. En general, prefieren ir a tiendas de autoservicio y contar con información para comprar sin pedir ayuda.
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