Después del trágico descubrimiento de 71 inmigrantes muertos dentro de un camión de carga abandonado el jueves pasado en una carretera cerca de esta capital, las autoridades reforzaron la víspera los controles de seguridad para dar con los contrabandistas de personas.
En el marco de estos operativos, que han provocado este lunes enormes embotellamientos de hasta 50 kilómetros a lo largo de la frontera austro-húngara, la policía interceptó a más de 200 inmigrantes a bordo de un vehículo de carga.
Los inmigrantes, en su mayoría procedentes de Siria, eran conducidos por un grupo de cinco hombres, quienes fueron detenidos como sospechosos de contrabandistas de personas, según reporte de la edición electrónica del diario The Local.
El portavoz de la policía, Helmut Marban, expresó su satisfacción por estos primeros logros alcanzados con los nuevos controles de seguridad contra los contrabandistas de personas, que comenzaron la tarde del domingo en las orientales localidades de Deutschkreutz y Nürburgring.
«El objetivo principal es atacar las bandas de contrabando», indicó Marban, tras confirmar que durante las primeras horas de los operativos fueron descubiertos 12 migrantes, nueve adultos y tres niños, en un vehículo con matrícula francesa.
Como parte de los nuevos controles de seguridad, que se están llevando a cabo en estrecha colaboración con las autoridades Hungría, Eslovaquia y Alemania, la policía detiene camiones, furgonetas y coches que cruzan la frontera, en un intento de atrapar a los traficantes de humanos.
Muchos de los migrantes interceptados en Austria proceden de Hungría, donde bandas de contrabandistas, que buscan hacer dinero con personas que huyen de la guerra, prometen llevarlos hasta Alemania o Suecia, a bordo de camiones de cargo, sin darles comida o agua.
En lo que va de éste, el gobierno húngaro ha interceptado a más de 140 mil migrantes y detenido a 93 traficantes.
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