Los gobiernos de México y Estados Unidos iniciarán a partir de noviembre un programa permanente para aprobar los servicios de transporte de carga transfronterizo por carretera entre ambos países.
Hasta ahora han operado programas pilotos que permiten prestar servicios de camiones desde cualquier punto de un país a cualquier punto del otro, pero estos programas han estado bajo la amenaza de ser cancelados, lo que ha provocado incertidumbre y poca participación de empresas transportistas.
Salvo menos de un centenar de camiones que realizan estos viajes directos con el actual programa piloto, la práctica generalizada es que se usan tres transportistas en el comercio bilateral por carretera: uno que lleva el remolque a las ciudades fronterizas de un país, otro que cruza la frontera (transfer o burrero) y otro más que viaja por el segundo país.
“Estamos haciendo reuniones con las autoridades de Estados Unidos, con miras a implementar el acuerdo piloto para que sea un acuerdo permanente a partir de noviembre”, dijo Francisco de Rosenzweig, subsecretario de Comercio Exterior.
El programa inició en octubre del 2011 y concluirá en octubre del 2014. Desde un principio, los transportistas mexicanos registraron un mejor promedio de cumplimiento de las medidas de seguridad frente a sus pares estadounidenses, y sólo quedaba pendiente si cumplirían con el número de cruces necesarios para validar los resultados.
La Administración Federal de Seguridad de Transporte Terrestre de Estados Unidos (FMCSA, por su sigla en inglés) calculó que 4,100 inspecciones serían suficientes para producir los datos necesarios que validen los resultados en los tres años del programa piloto, meta que se logró en diciembre pasado.
“La muestra estadística establece ciertos parámetros, ésos ya los cumplimos por arriba de 100%”, agregó Rosenzweig.
Los gremios estadounidenses relacionados con este servicio se han opuesto a la competencia mexicana. Todd Spencer, vicepresidente de la Asociación de Propietarios-Operadores Independientes (OOIDA, por su sigla en inglés), criticó que el programa operó sólo con 13 empresas mexicanas y que dos de ellas representan más de la mitad de los vehículos inscritos.
Estados Unidos no respetó su compromiso de abrir este servicio desde 1995, pero luego México ganó un panel en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y, al mantenerse la negativa, impuso represalias que luego quitó al lograr el 21 de octubre del 2011 la apertura, aunque en forma limitada, a través del programa piloto.
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