Lo que buscan es ajustar los costos, sin embargo, es importante sensibilizar a los propietarios para que no continúen en aumento los precios de las rentas, señala la Asociación de Profesionales Inmobiliarios de Tijuana (APIT).
Tras la disminución del valor del dólar los arrendadores han optado por modificar sus contratos a pesos a fin de equiparar los montos, en tanto que el tema del encarecimiento continúa debido a la gran demanda de vivienda que hay en esta frontera.
Así lo indicó la Lic. Paola Olascoaga Díaz, presidenta de la Asociación de Profesionales Inmobiliarios de Tijuana (APIT), quien refirió que la necesidad en la ciudad es, prioritariamente, vivienda accesible para el segmento de menores ingresos.
“Sí hay necesidad de vivienda social, porque no la hay. El tema del encarecimiento de la tierra ha hecho que los desarrolladores no volteen a ver ese segmento, por los costos”, comentó.
Aunado a ellos, los precios de las rentas se mantienen altos ante la llegada de personas que laboran en Estados Unidos y que viven en Tijuana, y donde, ante el tipo de cambio, se ha visto que los arrendadores han modificado sus contratos.
“Los propietarios están empezando a cambiar las rentas a pesos por la baja del dólar, porque deja de ser atractivo y representa una pérdida, entonces lo que están haciendo es ajustar los precios de las rentas”, comentó Olascoaga Díaz.
La demanda de vivienda, dijo, se mantiene en las zonas céntricas y cercanas a la garita de San Ysidro, por lo que colonias como La Libertad han tendido a aumentar los precios.
“Siempre he dicho que parte de nuestro trabajo como agentes inmobiliarios es el sensibilizar a los propietarios, porque ellos lo que quieren es el retorno de inversión de su propiedad, entonces si la renta está muy elevada, sí se va a poder rentar el inmueble, pero probablemente nos tardemos un poco más de tiempo”, explicó.
En ese sentido, exhortó a mantener una conciencia acerca de que, aunque el dólar haya disminuido su valor frente al peso, la economía del país es la misma y la población local, que no trabaja del otro lado de la frontera, mantiene su ingreso igual.
“Estamos hablando de rentas de 1,000 a 1,500 dólares en adelante, por lo que es muy poca la gente local que tiene acceso a este tipo de inmuebles”, finalizó.
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