Se tenga la posición que se tenga respecto a la figura de Marcelo Ebrard no se podría dejar pasar por alto que los ataques en su contra son una obsesión, ha sido señalado desde cuestiones meramente personales como supuestas preferencias sexuales hasta acusarlo de corrupción por una obra de su administración en el distrito federal caso donde hasta tuvieron que retirar su nombre de la denuncia ya que no encontraron algún sustento para ello.
No podría ser coincidencia que desde hace más de un año no ha habido día sin que este en la mesa un tema en su contra.
Curiosamente, esto inicio justo cuando arrancaba con mayor fuerza un movimiento que respaldara su posible candidatura presidencial en el 2018.
¿Por qué tantos señalamientos tan continuos y todos sin acierto? Se puede resumir en una sola palabra: Miedo. Es mero temor a que sus ideales se opongan a sus perversos intereses.
No exagero, tener miedo para nadie es agradable, por lo que se buscara contrarrestarlo porque se le considera una amenaza. ¿Coincidencia?
Creer justas estas acusaciones para dejarlo fuera de la vida política, y por lo tanto sin su legítima candidatura, sería aceptar que en la cámara de diputados le haría mejor al progreso del país Carmen Salinas que el ex jefe de gobierno. Si consideras eso probablemente necesites repensarlo, de lo contrario podríamos coincidir que el miedo los ha movido.
¿Por qué no desean que llegue a ser diputado? Miedo a tener un diputado de real oposición ante las iniciativas peñistas.
El gobierno ha hecho mano de todo lo que este a su alcance, a tal grado de recurrir a su aliado Carlos Navarrete para que este denunciara a su propio ex compañero de partido por ser suplente en la candidatura plurinominal. Por cierto, Navarrete además en una reciente entrevista menciono qué pensaría diez mil veces apoyar a Marcelo como candidato presidencial. El miedo es tal que hasta llega a quienes desvirtúan la izquierda.
Lo anterior ha sido de las señalamientos más sensatos. Hace no mucho se le quería dañar su imagen con rumores de que es homosexual, como si en caso de serlo lo denigrara como persona; de usar un reloj costoso, que fue un regalo de bodas de su actual esposa; sobre las cuentas bancarias de su hermano, cuando este ha obtenido sus ingresos siendo un alto directivo de una empresa; y recientemente de haber pagado por medio del presupuesto de su gobierno la casa que habita, cuando el GDF ni llego a poner ni un solo peso a tal predio. Bien dicen que el miedo llega a afectar el raciocinio de quien lo tenga.
Siguiendo la tendencia, no nos sorprendería que en los próximos días se le acuse que sus lentes provocaron el aumento al IVA o incluso hasta que es reptiliano que busca destruir la tierra.
En los mandamientos del régimen ha tenido tres pecados, que juntos son aún más graves: Ser oposición, querer ser presidente y tener posibilidades de lograrlo.
A quien muestren miedo quienes han detenido el progreso del país sin duda será alguien a seguir por quienes creemos posible un México distinto.
Por Gerardo Salas.
El autor es coordinador de Juventudes Progresistas Baja California y ex presidente de la comisión estudiantil del Colegio nacional de licenciados en administración Tijuana.
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