Israel inició los actos conmemorativos de la jornada nacional en recuerdo de las víctimas del Holocausto, en esta ocasión con especial énfasis al cumplirse el 70 aniversario del final de laSegunda Guerra Mundial.
Los actos comenzaron en la Plaza del Gueto de Varsovia del Yed Vashem (Museo del Holocausto) de Jerusalén.
Israel fue establecido por derecho, y por el amor a una antigua patria y el poder de soñar algo que se hizo realidad. No fue establecido por la amenaza de destrucción o el odio al otro», dijo el presidente israelí, Reuven Rivlin, durante la apertura de la ceremonia.
Según el presidente israelí, «el Holocausto fue un punto de terror en la humanidad, pero el viaje judío no empieza allí ni acaba allí. El viaje judío comienza en Israel».
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, asistió junto al presidente al solemne acto en el que no quiso perder la ocasión de denunciar, una vez más, una de las principales amenazas que a su juicio afronta Israel en la actualidad.
«Este mal acuerdo con Irán nos enseña que la lección de historia no ha sido interiorizada de cara a las agresivas actividades de Irán», señaló Netanyahu en referencia a las negociaciones que llevan a cabo el G5+1 (EU, Rusia, Reino Unido, Francia y China, más Alemania) para un acuerdo sobre el programa nuclear iraní, cuyo cierre definitivo está previsto para el próximo 30 de junio.
Según Netanyahu, «Occidente se está rindiendo en lugar de pedir un desmantelamiento significativo de la capacidad nuclear de Irán».
Pero incluso si somos forzados a permanecer solos, no tendremos miedo. En cualquier escenario, en cualquier situación, preservaremos nuestro derecho, preservaremos nuestra capacidad y determinación a defendernos», insistió, asegurando que tras 70 años, «no permitiremos que el Estado de Israel se convierta en un episodio fugaz de la historia de nuestro pueblo».
Tras estas intervenciones, se procedió al encendido de seis velas en memoria de los seis millones de judíos muertos, realizado por seis supervivientes que fueron elogiados por Rivlin por saber encontrar la «fuerza para elevarse por encima de las cenizas de los crematorios (…) enseñándonos a elegir la vida».
Así lo sentía momentos antes del comienzo del homenaje Avraham Harshalom, de 90 años, encargado de encender la primera antorcha en el Museo por el derecho obtenido con su estatus de superviviente 71 años atrás.
Entonces logró escapar de Auschwitz, a donde había sido deportado junto a su hermano, que murió al poco tiempo.
Tras ser capturado de nuevo, inició un peregrinaje de campo en campo hasta que en una de las transferencias de reclusos se hizo con su libertad en Praga, desde donde partió a Israel para convertirse en piloto en las fuerzas aéreas.
Nervioso, Harshalom confesó que es difícil describir qué significa recordar el Holocausto después de tanto tiempo y aseguró no sentirse protagonista de un evento que «es importante para no olvidar, que las nuevas generaciones sepan qué ocurrió porque durante mucho tiempo nadie miró sobre ello y muchos negaron lo que pasó».
Pero el Holocausto es historia, es parte de la historia. Y yo no me quedé mirando atrás sino hacia adelante, al futuro», argumenta Harshalom, uno de los 189 mil supervivientes que residen en Israel.
El país continuará rindiendo homenaje a las víctimas del Holocausto y guardará luto durante 24 horas en las que los establecimientos y centros de ocio permanecerán cerrados.
Mañana, a las 10:00 hora local y durante dos minutos las sirenas antiaéreas paralizarán el país en memoria de las víctimas del nazismo, acto al que sucederán otros institucionales tanto en Yad Vashem, como en el Parlamento israelí (Kneset), donde se leerán los nombres de las víctimas.
A diferencia de la comunidad internacional, que lo hace el 27 de enero, día de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, en Israel se conmemora el Holocausto según el calendario hebreo una semana antes del día de su independencia.
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