Una amenaza en contra de la sobrina del presidente Barack Obama, jugadora del equipo femenil de basquetbol Tigers de Princeton, provocó un aumento de la seguridad para el partido del lunes en la noche contra Maryland en el Torneo de NCAA.
Horas después de que Maryland derrotara 85-70 a Princeton, el Departamento de Policía de la Universidad de Maryland difundió el siguiente comunicado:
«El 13 de marzo de 2015 a aproximadamente a las 3 de la tarde, el DPUM recibió una llamada en la que se decía que la persona que llamaba había recibido un texto de un tercero en el que se indicaba que una persona masculina a la que ella conocía tenía un arma y mencionó a la sobrina del presidente Obama».
«Los agentes del DPUM comenzaron de inmediato una investigación sobre esta llamada y avisaron al Servicio Secreto de Estados Unidos. Como medida de precaución fue incrementada la seguridad para el partido de esta noche entre Maryland y Princeton. Nuestra investigación revela al momento que esos detalles que facilitó ese tercero son infundados».
El sábado, el presidente Obama asistió al partido en el que Princeton ganó 80-70 a Wisconsin-Green Bay en la primera ronda, lo que atrajo inevitablemente la atención hacia su sobrina, la estudiante de primer año y pívot Leslie Robinson. Su padre, Craig Robinson, es hermano de la primera dama Michelle Obama.
El periódico USA Today fue el primero en informar de la amenaza.
Después del partido del lunes, la entrenadora de Princeton, Courtney Banghart, confirmó que ella tenía conocimiento de la amenaza antes de la llamada pero que Leslie Robinson no lo sabía. La jugadora no ha aparecido en ninguno de los partidos de Princeton en el Torneo de NCAA.
«Es increíblemente decepcionante que lo primero que se nos pregunta después de ir 31-1 en el Torneo de NCAA es sobre un loco», dijo Banghart.
«Tengo la seguridad de que la policía de College Park tuvo todo bajo control. Leslie está segura. Está en mi vestuario. Nadie la quiere tanto como yo. Ella es parte importante de nuestro equipo», señaló Banghart. «Mantengan a los locos fuera de nuestro gimnasio».
Ni el presidente ni la primera dama asistieron al encuentro del lunes, aunque las magistradas de la Corte Suprema, Sonia Sotomayor y Elena Kagan, se sentaron cerca de la banca de Princeton.
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