El ex director de la CIA, David Petraeus, cuya carrera fue destruida por una aventura amorosa con su biógrafa, aceptó declararse culpable de haberle proporcionado material secreto (incluida información sobre la estrategia de guerra e identidades de agentes encubiertos) cuando ella estaba trabajando en el libro.
El acuerdo de declaración de culpabilidad conlleva una posible sentencia de hasta un año de prisión y representa otro golpe a la reputación del retirado general de cuatro estrellas que encabezó a las fuerzas estadounidenses en Iraq y Afganistán, y quien fue quizá el líder militar más admirado de su generación.
Petraeus, de 62 años, se declarará culpable de un cargo menor por retiro no autorizado y retención de material secreto. El acuerdo fue presentado el martes en la corte federal en Charlotte, donde Paula Broadwell, la biógrafa del general y ex amante, vive con su esposo e hijos.
En documentos de la corte, fiscales recomendaron dos años de libertad condicional y una multa de 40 mil dólares. Pero el juez que escuchará la declaración de culpabilidad no está obligado a aceptar la recomendación y aún podría imponer una sentencia de prisión. No se estableció de inmediato una fecha para que Petraeus ingrese la declaración.
Como parte del acuerdo, Petraeus aceptó no rebatir la serie de hechos presentados por el gobierno.
Los fiscales dijeron que, mientras Broadwell estaba escribiendo su libro en Washington en 2011, Petraeus le proporcionó ocho carpetas con material secreto de su época como principal comandante militar en Afganistán, las cuales él había conservado indebidamente. Días después Petraeus regresó las carpetas a su casa.
Entre los materiales secretos contenidos en los «libros negros» había información sobre identidades de agentes encubiertos, la estrategia de guerra de la coalición y notas sobre conversaciones de Petraeus con el presidente Barack Obama y el Consejo de Seguridad Nacional, dijeron fiscales.
Esas carpetas fueron decomisadas posteriormente por el FBI en un cateo realizado en la casa del general en Arlington, Virginia, donde él las había mantenido en una gaveta no cerrada con llave de un escritorio ubicado en un estudio de la planta baja.
Los fiscales dijeron que, después de renunciar a la CIA, Petraeus firmó un formulario en el que declaró falsamente que no tenía material secreto. También mintió a agentes del FBI al negar que proporcionó información secreta a Broadwell, según documentos de la corte.
El abogado de Petraeus se negó a realizar comentarios. Un mensaje telefónico dejado para Broadwell no fue respondido de inmediato. Su abogado dijo que él no tenía comentarios al respecto.
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