“Mucha fama y pocas propuestas”; la novela de los faranduleros que le entran a la política

Artistas, payasos, futbolistas y farandulereos,  son la nueva propuesta de políticos para los mexicanos, y es que para los partidos políticos estos personajes con mucha fama y sin propuestas llenan los requisitos necesarios para competir por un  cargo público.

Tal parece que ahora la tendencia se basa en presentar caras conocidas por encima de proyectos políticos que prometan un cambio.

Para muestra de ello,  basta asomarse a la lista de los candidatos  de casi todos los partidos para las próximas elecciones,  en la que figuran Cuauhtémoc Blanco, Lagrimita, el Dr. Abel Cruz y Alejandro Camacho,  entre otros.

¿Y LA EXPERIENCIA, APÁ?

Todo indica que en estos tiempos de crisis y caos social,  integrarse a la vida política del país no requiere de preparación ni experiencia previa, pues la tendencia actual exige sólo una cosa: Salir en la tele y ser famoso.

Pues ninguno de los faranduleros que ahora se “avientan” a probar suerte  en  la política tiene alguna experiencia evidente en el tema,  más que salir a hacer sus payasadas y actuar en público y en televisión, lo cual no es lo mismo que interactuar en un mitin político y resolver verdaderos problemas de la sociedad.

Tal es el caso de Guillermo Cienfuegos Pérez, mejor conocido como Lagrimita, quien la única preparación que ha tenido y en la única que ha “triunfado” es en la de payaso, en la que se inició en 1976, cuando tenía 14 años.

Según una nota publicada en el Universal en enero pasado, Lagrimita declaró  no saber nada de política.

“No tengo experiencia política, no sé nada de política, hay cosas que me han preguntado y yo, la verdad, sinceramente, no sé nada. Pero lo que sí sé, es que hay muchas necesidades en Guadalajara. Eso es lo que me motiva”.

Además declaró que quien lo asesora es su hijo Costel quien, con todo respeto, tampoco ha estudiado nada relevante o relacionado con la política, según informó al referido medio.

“Costel, mi hijo,  me pasa qué es lo que hace un presidente municipal, estamos estudiando, y también estamos buscando quien nos asesore porque finalmente, aunque parezca de risa, pero esto es muy en serio”.

Por otro lado, tenemos a Cuauhtémoc Blanco, otro que le apuesta a  su fama y no a sus conocimientos, pues  de igual manera, la única preparación que ha tenido es la saber patear bien el balón.

Y así podemos seguir con la lista de los famosos que no tienen experiencia en la política pero creen que por ser rostros conocidos, pueden lograr gobernar.

Hasta ahorita el único sensato  en su decisión, ha sido el conocido productor de telenovelas Juan Osorio, quien se negó a representar  al Partido del Trabajo por su falta de preparación y experiencia en el ámbito político.

CERO PROPUESTAS 

A su poca o nula experiencia en atender problemas sociales, se les suma su falta de propuestas concretas y realizables que podrían suponer que estamos frente un “famoso interesado en gobernar y no sólo politizar”.

Analizando sus campañas y medios de contacto como sus redes sociales, constatamos que hasta ahora, el único que ha presentado un esquema de propuestas ha sido el  payaso Lagrimita, pues en su página de internet ya tiene publicado  un decálogo donde expone  los propósitos que tiene para Guadalajara, mismos que en realidad son una burla y la creación de una utopía, pues aunque parecen ser “buenas ideas”,  carecen de fundamento y proyecto.

Cómo vamos a “sacar a los animales del gobierno”, si es algo que al parecer, a  lo largo de la historia no se ha podido lograr; ¿payasos cómo servidores públicos? Pues si esto no es un circo.

Si algo hay que aplaudirle a este payaso es su compromiso con el cargo que quiere ocupar, pues hasta el momento sólo él se ha tomado la molestia de hacer público lo que propone.

Otros como, Cuauhtémoc Blanco, quien va por la alcaldía de Cuernavaca con el partido Social Demócrata,   sólo espera a que se la jueguen con él, como bien dice su spot, el cual hace creer que nos vamos a aventar a ver qué pasa, “como el borras”,  pues  se ha negado a hablar de su carrera política por lo menos hasta que se retire del fútbol, pues considera que aún no es el momento apropiado para hablar de ello.

Cultura, arte y educación, serán los puntos en los que el actor Alejandro Camacho trabajará cuando logre ser diputado federal,  sin embargo hasta el momento no ha sido ni claro ni específico en cómo va a lograr estos objetivos.

Lo que sí, es que el Partido Encuentro Social, mismo al que pertenece Camacho, le está apostando a gente famosa que según  logrará que las personas escuchen, apoyándose de las creencias religiosas de la sociedad, especialmente del cristianismo  y la familia, sin más propuestas que éstas.

¿REALMENTE MERECEMOS SER GOBERNADOS POR PAYASOS?

Lo único que se evidencia con la elección de este tipo de representantes es la falta de seriedad, compromiso y  conocimiento de los partidos, pues le están apostando a personas famosas en lugar de lograr hacer un verdadero líder al cual pueden voltear a ver por lo que le ofrece a la sociedad.

Y no es que los elegidos sean malos representantes, simplemente es que no  tienen experiencia  y conocimiento necesario para la resolución de la problemática que se vive en el país actualmente.

Los mexicanos necesitan verdaderos actores políticos que puedan ayudar a mejorar la situación que actualmente se vive, que realmente trabajen con ellos y que tengan buenas propuestas que los beneficien, no caras bonitas o personas que probablemente sólo ven una conveniencia económica.

Tal parece que muchos creen que la historia de  México necesita escribirse como novela o funcionar como un circo para que las cosas cambien.