Paul Rosolie pensó que el Amazonas no podía con él, pero sí pudo…
Se supone que él sería devorado por una anaconda gigante como parte del programa de Discovery Channel Eaten Alive (Devorado Vivo).
Luciendo un traje especial a prueba de serpientes, Rosolie se cubrió de sangre de cerdo para atraer a su presa, en el nombre de la ciencia. Pero cuando se transmitieron los resultados este domingo, los televidentes fueron defraudados. Rosolie sólo obtuvo un apretón por encima de los hombros, pero no fue tragado vivo.
Durante la mayor parte del programa de dos horas, él y su equipo, buscaron a una anaconda gigante con la que se había topado hace años. Cuando no lo lograron, se conformaron con una culebra más pequeña.
El naturalista de 30 años comenzó la pirueta. Se acercó directo de cabeza hacia el ombligo de la bestia, permaneciendo en constante comunicación con su esposa y equipo médico gracias a una gran tecnología de su traje. La culebra devoró su cabeza, pero cuando sus hombros pasaron por su garganta, el pánico en su voz se hizo aparente. “Tiene mis brazos aprisionados. Ella sabe que no hay nada que yo pueda hacer”, dijo.
Su ritmo cardíaco aumentó y le dijo al equipo que no estaba recibiendo suficiente aire. Cuando alguien le preguntó si estaba bien, él hizo una pausa y aseguró que intentaba mantenerse tranquilo.
“Amigos mi rostro está hacia abajo. Necesito ayuda” exclamó.
El equipo se activó y luchó con la culebra antes de que lo comiera vivo.
“Sentí que su garganta se cerró en mi casco. La sentí estrujando, pero luego la sentí soltarme. Tenía mi brazo en una posición en la que su fuerza estaba completamente centrada en mi brazo y comencé a sentir el flujo sanguíneo en mi mando y el hueso romperse donde llegué a un punto en el que debía salirme de eso”.
Internet no quedó nada asombrado con la proeza. Hubo tweets que decían: “Quería ser comido vivo pero sólo obtuve un gran abrazo y me dejaron ir”, o “Hey @discovery ¿puedo tener mi propio show? #devoradovivo”.
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