El escritor, periodista, dramaturgo y guionista Vicente Leñero fue homenajeado hoy en el Palacio de Bellas Artes, tras su muerte ayer a los 81 años.
Un prolongado y sonoro aplauso se escuchó al momento que entró al palacio la urna con las cenizas de Leñero. Al fondo, la música de un cuarteto de cuerdas.
En primer lugar estaban Estela Franco, viuda de Leñero, y sus hijas Mariana, Eugenia, Isabel y Estela, quienes no pararon de recibir condolencias y abrazos.
El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, destacó la amplitud de la escritura de Vicente Leñero. «una voz respetada y firme que aportó mucho a México».
«Periodismo y literatura fueron los dos polos de su obsesión», dijo frente a familiares, amigos y admiradores del escritor.
«Su lucidez periodística y la calidad de sus narraciones quedan como una invitación a releerlo», dijo.
La urna con los restos del escritor y periodista fue colocada sobre una plataforma negra, ésta encima de la alfombra roja al pie de la escalinata principal de Bellas Artes. En las paredes y a los costados había coronas y arreglos de flores blancas.
Fue en ese espacio donde se montaron las guardias de honor, una de éstas por el equipo de la revista Proceso, de la que Vicente Leñero fue fundador. Por un momento el grito de «¡Proceso sigue, Vicente vive!» rompió la solemnidad del acto.
El público pudo entrar a Bellas Artes para despedir a Leñero, al mismo tiempo que desfilaron personalidades como Víctor Ugalde, Ricardo Cayuela, Carmen Aristegui, Eduardo Lizalde, Alberto Estrella y Blanca Guerra. También Jesús Ochoa, Martha Lamas y Julieta Fierro.
«La muerte solo tiene sentido para quienes han amado apasionadamente la vida. Esto dice con elocuencia el mutis con el que Vicente nos deja», expresó el dramaturgo y director de teatro Luis de Tavira, quien tomó la palabra para homenajear a Leñero.
«En Vicente Leñero México tiene a un campeón de la libertad y de la verdad. Descubrir la verdad, hallarla y exponerla fue la pasión que entramó la congruencia de su obra. La libertad siempre fue el camino, libertad como rigor, como expresión, como creación».
Leñero fue el periodista «que supo elevar el oficio a la altura del arte», afirmó De Tavira.
Ignacio Solares, quien trabajó durante 12 años con Vicente Leñero en la revista de la Universidad y antes en Proceso y Excélsior, dijo que el autor de ‘Los albañiles’ hizo una de las mayores aportaciones al periodismo nacional.
«Deja un hueco imposible de llenar. Fue un hombre coherente con sus ideas y su religiosidad. Un cristiano cercano, sencillo, que sabía escuchar. Un amigo entrañable», dijo Solares.
Previo al homenaje, Enrique Singer expresó: «se va uno de los grandes dramaturgos del siglo XX. Es una gran pérdida para el mundo del teatro».
El poeta y crítico Adolfo Castañón dijo que Leñero era un hombre que conocía las letras en todos sus géneros: «se va un hombre en el sentido pleno de la palabra, se conocía la letra en sus distintos géneros, pero sobre todo se conocía la vida de las letras». «Deja una ética de la palabra y la necesidad de que el escritor siempre tenga prendida la llama de la conciencia ética».
Arturo Beristáin expresó que la muerte de Leñero «es una terrible pérdida, el país necesita mentes como la de él, con su lucidez y su compromiso, el gran homenaje es leerlo en un país que no lee; por eso estamos como estamos».
Comments