Los mandatarios de la Unión Europea (UE) alcanzaron en la madrugada del viernes en Bruselas un ambicioso acuerdo contra el cambio climático que coloca al bloque en la punta del combate de cara a la conferencia sobre el clima de París de 2015.
Los 28 mandatarios de la UE lograron superar sus profundas diferencias. «No fue fácil», indicó el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, pero «logramos un acuerdo ambicioso y equilibrado». «Logramos sentar un marco decisivo para darle a Europa una voz y una posición de negociación en las negociaciones internacionales sobre el clima», aseguró a la prensa la canciller alemana Angela Merkel.
El objetivo faro del paquete es el compromiso de reducir, antes de 2030, «al menos» un 40% las emisiones de gases con efecto invernadero en comparación con los niveles de 1990.
La UE en su conjunto deberá incluir en su matriz energética al menos un 27% de producción de energía de fuentes renovables. El ahorro energético tendrá un objetivo indicativo de al menos 27%.
A esto se suma el compromiso de fomentar las interconexiones energéticas, un tema de sumo interés para España y Portugal que permitirá conectar a la península ibérica a la red de distribución eléctrica europea.
El acuerdo coloca a la UE «en la conducción» de cara a la conferencia de París, indicó por su parte el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso. «Europa da ejemplo», se ufanó el presidente francés, François Hollande, en diálogo con la prensa.
«Estoy muy satisfecha», dijo Merkel por su parte, que sin embargo subrayó que aún quedan muchos puntos por discutir. Los 28 países, divididos entre los ricos y los pobres, los más «verdes» y los más contaminantes, negociaron parte de la noche los últimos detalles para acercar posiciones.
Los primeros se daban objetivos más ambiciosos, los segundos compensaciones si éstos eran obligatorios. Finalmente el único objetivo vinculante es el de 40% de reducción de gases contaminantes. El 27% de energía renovable será ponderado a nivel del bloque, un 27% de ahorro energético es sólo indicativo y los proyectos de interconexiones serán prioritarios para acabar con las «islas energéticas».
Los 28 buscaban repartir la carga y conformar a todos. Polonia, que encabezaba un grupo de países a quienes se les pedía modernizar su contaminante industria energética, obtuvo un «paquete de compensaciones» para lograrlo. Se crearon mecanismos de apoyo a partir del sistema de certificados de emisión europeo (ETS) alimentado por una pequeña parte de las ventas de esos certificados.
España y Portugal lograron desenclavar la península ibérica del aislamiento energético en el que se encontraba. La UE dará prioridad a los proyectos que permitan conectar a estos dos países al mercado energético europeo para así colocar sus excedentes de producción.
Una fuente diplomática había indicado poco antes de la conclusión del acuerdo que la Comisión Europea mediará con Francia para concluir los proyectos de alta tensión en los Pirineos.
«Los objetivos nadie los cuestiona, pero sí su desarrollo», o cómo alcanzarlos, explicó una fuente. «Todos esperan la participación y el impulso de la Comisión», añadió. En claro esperan financiamiento, en particular el paquete de inversiones de 300 mil millones que propuso el nuevo presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker.
Sin embargo, las organizaciones ambientalistas consideran el acuerdo insuficiente. Greenpeace lamentó que los mandatarios europeos «frenaran una energía limpia». La organización Oxfam estimó «insuficiente» el acuerdo y subrayó que la UE debe poner todo su peso en combatir el cambio climático, mientras que Friends of the Earth denunció que el acuerdo «pone a los países contaminantes por delante de la gente».
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