Estados Unidos instó hoy a todos los ucranianos, incluidos los que viven en las zonas rebeldes del este de Ucrania, a que voten en las elecciones legislativas del domingo.
“Esta es una etapa importante para una nación que todavía debe demostrar su compromiso con la construcción de una democracia sólida, a pesar de las recientes agitaciones políticas y los considerables desafíos a la seguridad en ciertas regiones del país”, valoró la portavoz del departamento de Estado, Jennifer Psaki.
Los separatistas prorrusos, que ocupan cerca del 3% del territorio ucraniano y combaten al ejército desde abril, están boicoteando los comicios. Tienen previsto organizar sus propias elecciones legislativas el 2 de noviembre. Además, señalaron que están intentando recuperar ciudades clave en la región que ahora están en manos de las tropas del gobierno, informaron agencias de noticias rusas.
“Kramatorsk, Mariupol, Slaviansk serán nuestras. Ya estamos listos para capturarlas. No se descartan fuertes batallas”, fue citado Alexander Zajarchenko, líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk.
Las tres ciudades fueron recuperadas por el gobierno en el verano (boreal), después de que las milicias separatistas se rindieran. La toma de Kramatorsk y Slaviansk tuvo lugar tras fuertes batallas de artillería entre las dos partes.
Zajarchenko acusó también al gobierno de violar el alto el fuego en la región, que ambas partes acordaron el 5 de septiembre. Desde entonces se han producido acusaciones mutuas de violaciones del acuerdo.
El partido del presidente Petro Poroshenko llega a las elecciones legislativas liderando los sondeos, con un 30% de la intención de voto. Se prevé una coalición con los nacionalistas, que rechazan cualquier pacto con Moscú después del conflicto en el este del país, que ya ha dejado 3,700 muertos.
El Bloque Petro Poroshenko podría obtener entre el 28 y el 30 por ciento de los votos, según los datos de dos institutos de sondeos en Kiev dados a conocer hoy. El jefe de gobierno prooccidental, que llegó al poder en junio, pretende lograr, con estas elecciones adelantadas, un refuerzo de su mandato para implementar las reformas anunciadas.
Le sigue en las encuestas el Partido Radical de Oleg Liashko, con en torno al 12 por ciento de los votos. En tercer lugar, el recién fundado Frente Popular del jefe de gobierno Arseni Yatseniuk con el diez por ciento. Ambos son considerados posibles socios de coalición de Poroshenko. El Partido Patria de la ex primera ministra Julia Timoshenko superaría la barrera del cinco por ciento.
Politólogos de la ex república soviética señalaron que la campaña electoral estuvo pobre de contenido y no se debatieron cuestiones como el acercamiento a la Unión Europea o la OTAN ni los combates contra los separatistas prorrusos en el este del país. También la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia fue un tema marginal.
Mientras, Rusia anunció hoy que reconocerá los resultados de las elecciones legislativas ucranianas del domingo próximo, pero también defendió los comicios convocados por los separatistas prorrusos para el 2 de noviembre.
“No se preocupe, los reconoceremos”, dijo Serguéi Ivanov, jefe de la Administración del Kremlin, en respuesta a la pregunta de si Rusia admitirá los comicios parlamentarios en el vecino país, según las agencias locales.
Ivanov, estrecho aliado del jefe del Kremlin, Vladímir Putin, aseguró que Rusia “desea que Ucrania regrese a un marco civilizado y que, para empezar, haya un Estado que sea capaz de sostenerse por sí mismo”. A la vez, defendió la conveniencia de que las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk celebren sus propios comicios.
“Debe haberlas (elecciones), ya que esos nuevos entes, esos nuevos territorios, llámelos como quiera, deben contar con alguna clase de dirigente elegido por la gente que vive en ese territorio”, declaró.
Previamente, la Cancillería rusa expresó su confianza en que los comicios legislativos ucranianos, que serán boicoteados por los separatistas prorrusos, sean democráticos y contribuyan a la estabilidad política en el país vecino.
Un comunicado oficial denunció que los ultranacionalistas ucranianos han campado por sus respetos durante la campaña electoral, mientras los opositores, en alusión a los comunistas y los representantes del este rusohablante, han sido objeto de toda clase de amenazas.
Adelantó que Rusia enviará un grupo de observadores a Ucrania en el marco de la delegación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Al principio de la campaña, Putin denunció la persecución de la oposición, pero también manifestó su esperanza en que los comicios ucranianos traigan “una duradera estabilidad política”.
“Esperamos que todas las personas que viven en todos los rincones de Ucrania puedan ejercer sus derechos (…) y nadie sea discriminado por motivos lingüísticos, étnicos o religiosos. Sólo de esa forma se podrá conservar la integridad territorial del país”, subrayó.
Asimismo, el multimillonario estadunidense George Soros instó a la UE y el FMI a prestarle 20 mil millones de dólares a Ucrania para responder al desafío ruso a “los principios sobre los que se fundó la Unión Europea”.
La anexión rusa de la península ucraniana de Crimea y el apoyo de Moscú a los rebeldes separatistas representa “un desafío a la existencia misma de Europa”, dijo Soros en una conferencia en Bruselas.
“El problema es que ni los dirigentes europeos ni la población entienden plenamente las implicaciones de este desafío”, estimó Soros, que nació en Hungría y ayudó financieramente a este país en la transición del comunismo a la democracia.
Soros abogó por una ayuda cuantiosa a Ucrania, que acaba de pedir a Bruselas dos mil millones de euros para pagar la factura de gas a Moscú. Rusia cortó el suministro de gas a Ucrania, que le debe 1,450 millones de dólares y además debe adelantar 1,600 como avance de las entregas de noviembre y diciembre.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) concedió una línea de crédito de 17 mil millones de dólares a Ucrania -entregados en plazos-, como parte de un plan internacional de ayuda de 27 mil millones de dólares.
Pero según Soros, eso no basta, y Ucrania necesita “una inyección inmediata de liquidez” por 20 mil millones de dólares y un aval europeo y estadunidense para restructurar 18 mil millones de deuda.
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