Desde que Estados Unidos y México firmaron un histórico tratado de agua en 1944, se ha puesto mucha atención en dos poderosas cuencas binacionales: El río Colorado y el río Grande.
Pero ahora el río Tijuana, una cuenca más chica, también está atrayendo la atención de autoridades de ambos lados de la frontera.
Se está preparando una enmienda al tratado, conocido como minuta, de parte de la U.S. Boundary and Water Commission y su contraparte mexicana, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), cuya sede es El Paso y Ciudad Juárez.
Por años “el foco de atención recayó en las cuencas grandes”, dijo el comisionado de la CILA, Roberto Salmón, el miércoles pasado. La intención de la minuta, dijo él, es establecer un “marco de colaboración… para trabajar juntos para beneficiar la cuenca”.
Salmón fue uno de los conferencistas en un foro en Tijuana organizado por la CILA en el marco del 125 aniversario de la dependencia binacional. Asimismo, rindió homenaje al 70 aniversario del tratado del agua.
El evento celebró la creación del primer foro ciudadano de la CILA, un grupo que convocará la retroalimentación pública en temas relacionados con la cuenta del río Tijuana, un área de 1735 millas cuadradas que abarca ambos lados de la frontera. Estados Unidos ha celebrado dichas reuniones durante años.
Asistió al evento en el Centro Cultura Tijuana Sergio Alcocer, subsecretario para Norteamérica de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México; también asistieron representantes de Pronatura, la organización ambiental mexicana más antigua, que ha estado trabajando para restaurar una pequeña área natural de la cuenca en Tijuana cerca de la presa Rodríguez.
Edward Drusina, el comisionado norteamericano, dijo que la futura minuta del río Tijuana “tiene que ver con sedimentos, basura y flujos de México que atraviesan la frontera”. Dijo que “la minuta abordará esos puntos clave y establecerá un marco para resolver estos problemas”.
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