El Parque SeaWorld dio a conocer hoy sus planes para ampliar los hábitats en donde mantiene a orcas asesinas en cautiverio, un anuncio con el que busca sofocar la campaña negativa de la que fue objeto tras la difusión en 2013 de un documental que cuestiona la vida en cautiverio de estos mamíferos.
Los planes de remodelación incluyen los parques que la compañía tiene en San Diego (California), San Antonio (Texas) y Orlando (Florida), este último hogar de la ballena protagonista del documental «Blackfish», exhibido el año pasado en el Festival de Sundance y que se centra en la actuación en la que Tilikum acabó con la vida de su entrenadora Dawn Brancheau, su tercera víctima mortal.
Jim Atchinson, presidente de SeaWorld Entertaiment Inc., informó hoy que la compañía, con sede en Orlando, ampliará estos tres parques e invertirá cerca de 10 millones de dólares en la investigación científica para la preservación de estos mamíferos marinos.
«Por 50 años SeaWorld ha transformado la visión del mundo marino. El acceso sin precedente que nuestros parques proveen de estos mamíferos marinos nos ha permitido aumentar nuestro conocimiento de los océanos e inspirado a generaciones», aseguró Atchinson.
Los planes abarcan también inversiones hacia nuevas iniciativas destinadas a proteger los océanos y las ballenas asesinas en sus hábitats naturales.
El llamado «Proyecto Mundo Azul» comenzará en las instalaciones de San Diego y prevé aumentar hasta 10 millones de galones de agua, es decir, casi el doble en volumen actual, además de ampliar el hábitat artificial hasta una profundidad de 50 pies y un área de superficie de 1.5 acres, con una longitud de más de 350 pies.
Según el plan, cuya finalización está prevista para mediados de 2018, las vistas panorámicas serán de 40 pies de altura, una de «las más grandes de ballenas asesinas bajo el agua del mundo».
«A través de encuentros muy cercanos y personales, el nuevo ambiente transformará la experiencia de los visitantes con las ballenas asesinas», explicó Atchison en conferencia de prensa trasmitida por internet desde San Diego.
El anuncio de hoy fue cuestionado por activistas y organizaciones de protección de los animales, en especial por la Fundación PETA, que considera que la iniciativa «no salvará a la compañía» y que «una prisión grande sigue siguiendo una prisión».
«Es una gota de agua en un balde de desesperación, para tratar de retroceder las manecillas del reloj en un momento en que la gente entiende el sufrimiento de las orcas en cautiverio», expresó Jared Goodman, director de Leyes de Animales de PETA, a través de un comunicado.
PETA aseguró que SeaWorld no necesita «tanques de agua más grandes», sino devolver las orcas a santuarios marinos y que puedan sentirse y experimentar el océano de nuevo, escuchar a sus familias y un algún día volver con ellas.
SeaWorld ha estado en la mira de los defensores de los derechos de los animales desde el año 2010, cuando la orca Tilikum atacó y acabó con la vida de su entrenadora Dawn Brancheau, hecho que fue el punto de partida de «Blackfish», el documental de la cineasta Gabriela Cowperthwaite que alerta sobre el peligro de mantener a las ballenas asesinas en cautiverio.
Las críticas que enfrentó la compañía constituyó un factor que propició en el último año un descenso de asistencia de visitantes, algo que Atchison calificó de «decepcionante, pero temporal».
«Somos una compañía de 50 años y tenemos períodos de dificultad, que vendrán y se irán», manifestó en declaraciones que recoge hoy The Wall Street Journal, en las cuales resalta también las «fortalezas de la marca y su posición única en el mercado».
El plan de remodelación, que incluyen obras de ampliación en las sedes de San Antonio y Orlando, se da a conocer luego de que el miércoles pasado la compañía anuncie pérdidas en el segundo cuatrimestre del año y una disminución de sus acciones del 22 % con relación al año pasado.
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