La abogada y empresaria jalisciense ha sido nombrada coordinadora del Consejo Empresarial del próximo sexenio. Con una trayectoria de excelencia que abarca desde la dirección de Grupo Minsa hasta asesorías económicas, se posiciona como un enlace clave entre empresarios y el Gobierno de Claudia Sheinbaum.
La abogada y empresaria Altagracia Gómez Sierra ha captado nuevamente la atención de los medios tras su reciente nombramiento como coordinadora del Consejo Empresarial del próximo sexenio.
Esta joven jalisciense, heredera de un imperio de maíz, se convertirá en el puente esencial entre los empresarios y el gobierno de Claudia Sheinbaum.
A temprana edad, Gómez Sierra mostró un talento innato para los negocios, trabajando desde los 13 años en las empresas familiares de su padre, Raymundo Gómez Flores, un destacado político y empresario.
Graduada de la Escuela Libre de Derecho y con estudios en la Real Academia de Oxford y Harvard Business School, Altagracia ha construido una carrera formidable. Actualmente, es presidenta de Grupo Minsa, el segundo productor mundial de masa de maíz, y lidera el Grupo Promotora Empresarial de Occidente.
Sin embargo, su nombre resonó con mayor fortaleza en los pasillos políticos y financieros, desde que se convirtió en asesora económica de Claudia Sheinbaum durante su campaña presidencial.
La joven, de 32 años, trabajó desde el primer momento codo a codo con Sheinbaum para tender lazos con la iniciativa privada. Su evidente cercanía con la próxima presidenta la llevó incluso a sonar en las quinielas como posible candidata a la Secretaría de Economía o Turismo.
La semana pasada, Sheinbaum desveló la interrogante al colocarla al frente de este consejo empresarial, un cargo honorario que tendrá como prioridad potenciar la inversión en México. Sus allegados coinciden en que es una mujer de negocios muy inteligente, dedicada y, pese a ser seria y directa en sus preguntas, también tiene un trato afable y escucha con mucho detalle a sus pares.
Imperio familiar
El legado empresarial de los Gómez Sierra se remonta a su abuelo, Alfonso Gómez Somellera, quien inició con lavanderías industriales en Guadalajara y recorridos turísticos en Chapala, Ajijic y Tequila. Raymundo Gómez Flores, su padre, expandió el negocio familiar a sectores como el inmobiliario, transporte, agroalimentario y financiero. Bajo su dirección, las compañías crecieron y diversificaron, convirtiéndose en un conglomerado sólido y próspero.
Altagracia, la egresada de la Escuela Libre de Derecho, y con distintos programas en la Real Academia de Oxford y en Harvard Business School, comenzó desde los 13 años a marcar su propia historia en el seno de las compañías familiares. En entrevistas previas, ha dado a conocer que una de sus primeras tareas fue el monitoreo de noticias sobre las compañías del grupo y sobre su padre, quien a mediados de 2005 barajaba la idea de contender por la gubernatura de Jalisco.
En 2023, la revista Expansión la nombró una de las 100 mujeres más poderosas de México, destacando su influencia y liderazgo en el mundo empresarial. Su cercanía con la futura presidenta Claudia Sheinbaum ha sido un factor crucial en su reciente designación como coordinadora del Consejo Empresarial.
Visión económica y política
Altagracia comenzó su relación profesional con Sheinbaum durante la campaña presidencial, actuando como asesora económica. Tras la victoria electoral del 2 de junio, su figura cobró aún mayor importancia. En su rol, tendrá la misión de fomentar la inversión en México y fortalecer los lazos entre el sector privado y el gobierno.
La empresaria ha declarado de propia voz que la primera vez que conoció a Sheinbaum fue en una de las audiencias públicas que llevaba a cabo como jefa de Gobierno de Ciudad de México. Gómez Sierra acudió a esta tribuna porque le interesaba una licitación de transporte público de la capital, pero no estaba totalmente de acuerdo con las bases de la licitación.
En una entrevista previa a las elecciones presidenciales en México, Gómez Sierra esbozó las prioridades de la política económica de Sheinbaum: continuidad en los principios de la autodenominada “economía moral” del Gobierno actual de López Obrador, responsabilidad fiscal absoluta para mantener los niveles de deuda, así como el respeto a la autonomía del Banco de México. Además, será fundamental en la atracción de inversiones extranjeras y locales, aprovechando el nearshoring para fortalecer la economía nacional.
Con su liderazgo, se espera que el país atraiga nuevas inversiones, fomente la colaboración entre el gobierno y la iniciativa privada, y se consolide como un actor importante en la economía global. Altagracia Gómez Sierra está preparada para asumir este desafío y llevar a México hacia un futuro próspero y lleno de oportunidades.
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