Nuevamente la ciencia en México sorprende. Ahora, la aplicación de la ‘vacuna’ inicia con una prueba para poder identificar la problemática a atender, como estrés, ansiedad, depresión, un proceso de duelo, entre otros padecimientos, males que detonan diversos cuadros.
La pandemia por Covid-19 no trajo solamente un problema de salud pública que afectó directamente a millones de personas en todo el mundo, sino que, tras muchos meses de encierro, la salud mental de la gente comenzó a deteriorarse de manera significativa.
Esto llevó a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) crear la “vacuna contra la soledad”, una tecnología de realidad inmersiva para atender los efectos de aislamiento que dejó la pandemia de Covid-19 y otros problemas añejos de salud mental, informó la Agencia EFE.
El Dr. Manuel Toledano Ayala, director de la FI, mencionó que dicha problemática sanitaria tuvo consecuencias psicosociales negativas, por lo que trascendió la importancia de la salud física, pero también la mental. Situación que genera que esta herramienta resulte útil para la sociedad.
Por otra parte, el Dr. Luis Alberto Morales Hernández, coordinador de la Ingeniería Electromecánica en el campus San Juan del Río, expresó que esta innovadora iniciativa pretende que, por medio de una experiencia inmersiva, los pacientes mejoren su calidad de vida a través de ocho ambientes virtuales. Aseguró que se observó la necesidad de desarrollar equipo que introdujera emociones placenteras a los pacientes y midiera su efecto en el cuerpo.
“Después de la pandemia vivimos muchas cuestiones de ansiedad y depresión; nosotros ya veníamos investigando, aplicando tecnología y conocimientos de cómo es el comportamiento humano. Vimos que podemos estimular la vista y el oído para generar un estado positivo en el cuerpo y desarrollamos también cómo medirlo”, añadió el investigador.
Este plan se trabajó con especialistas en Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad de Colima, por lo que de acuerdo con el Dr. Morales Hernández, la colaboración con estos expertos en salud mental fue vital.
“La idea es que los psicólogos apliquen un test para saber el estado de las personas y posteriormente los trasladamos al metaverso, a un ambiente de paz y tranquilidad, en donde puedan escuchar su cuerpo, aprender a respirar y comenzar a identificar esas emociones sin necesidad de cerrar los ojos”, añadió el investigador.
De acuerdo con la evidencia, los pacientes requieren de ocho sesiones con este programa, sin embargo, desde la primera cuentan con la atención necesaria para conseguir una respuesta del cuerpo, por lo que a la tercera ya se puede ver una mejoría. Esta experiencia está acompañada por escenarios virtuales, sonidos relajantes, así como ejercicios de meditación, mientras se analizan las pulsaciones cardiacas.
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