Les tenemos dos buenas noticias en esta temporada de Semana Santa. La primera se refiere a que el presidente López Obrador suspenderá al menos dos días sus polémicas mañaneras que se han convertido en un foro de lamentos, desahogos y ataques al por mayor.
La segunda es que hoy inicia propiamente el periodo vacacional y con ello las celebraciones religiosas que recuerdan la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Pues bien el primer mandatario se irá a donde ya sabe usted para descansar el largo fin de semana y recobrar energías para las arduas actividades políticas que se avecinan, especialmente las elecciones del primer domingo de junio. No obstante antes de irse a su rancho de célebre nombre, Andrés Manuel recetó al pueblo mexicano su noveno informe trimestral que por suerte fue en esta ocasión muy corto -apenas 38 minutos- y escaso de novedades.
Quizás lo mejor fue su promesa de que la economía iniciará su recuperación a mediados del año. Según AMLO en este año el país saldrá del profundo bache en que caímos por la pandemia lo que tampoco es del todo cierto. El año pasado el producto interno bruto cayó un 8.5 por ciento y en este 2021 los mejores pronósticos estiman un crecimiento por arriba del 5 por ciento lo cual es muy alentador, pero todavía tres puntos abajo del nivel que alcanzó el país antes de la pandemia.
Es tal el crecimiento y dinamismo que tomó la economía mexicana en los últimos veinte años que a pesar de los errores del gobierno de la 4T el país no se derrumbó. Por algo estamos entre las 15 economías más grandes del mundo a pesar de que en sus peroratas López Obrador hable de un retroceso que inició hace treinta años por la culpa de su odiado periodo neoliberal. Obviamente nada dice de los regímenes socialistas de la nueva era que han si-do un total fracaso, Venezuela es hoy un país pobre y desmantelado por los pésimos gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Lo mismo sucede con Argentina que llegó a ser una potencia mundial y ni que decir de Cuba, Nicaragua y Bolivia. Es cierto, el neoliberalismo no es la panacea, pero al menos promueve el crecimiento económico en medio de un ambiente de libertades y respeto a los derechos de las personas. Sería extraordinario que en estos días, cuando se recuerda el sacrificio que hizo Cristo para redimir a la humanidad, López Obrador aproveche para reflexionar y se despoje de sus odios, perdone a sus adversarios y se llene de buenos y positivos sentimientos hacia los distintos sectores de la sociedad mexicana. Un buen gobernante debe ser ante todo magnánimo, dejar de lado sus frustraciones y resentimientos para contagiar optimismo, unidad, vida, generosidad y esperanza. Por lo demás es una buena oportunidad para que todos recordemos en estos días santos lo más sobresaliente como el lavado de pies que realizó Jesús a sus discípulos para demostrar humildad y dar ejemplo que para ser un buen líder hay que servir a los demás.
Este viernes tendrá lugar la pasión y crucifixión del Salvador, quien con la mayor de las entregas sufrió las peores humillaciones y castigos para salvar al hombre del pecado y abrirle el camino a la vida eterna. El domingo de resurrección es el momento cúspide de la vida cristiana cuando Cristo regresa a la vida y deja testimonio de su grandeza y su generosidad al perdonar a sus verdugos y al externar su amor incondicional hacia la humanidad. Le deseamos querido lector un buen descanso y busque la oportunidad para acercarse a la iglesia y revivir los grandes momentos de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
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