EN DÍAS PASADOS un editorialista de Ensenada señaló que las mujeres que trabajamos fuera del hogar a menudo nos olvidamos de las que se quedan en casa haciendo la talacha más dura de todas. No estoy de acuerdo porque no todas las mujeres que trabajamos fuera del hogar lo hacemos por lo que la clase educada llama “realización personal”.
El porcentaje más alto de mujeres que trabajan fuera del hogar está entre las mujeres pertenecientes a la clase baja.
Aún las señoras que nos ven con cara de fuchi a “quienes dejamos a los hijos por egoísmo puro para trabajar fuera de casa y así satisfacer nuestra vanidad personal”, tienen sirvientas, nanas, cocineras, y secretarias que también abandonan sus hijos. La diferencia es que ellas lo hacen para ganar el sustento y para aligerar la carga de trabajo de la señora que, en esos casos, no se preocupa tanto de lo que sucede en el hogar de la trabajadora.
Las liberacionistas, que tan mala fama han adquirido últimamente, han luchado por lograr la igualdad laboral con el hombre.
Baja California está llena de machos a los que les gusta mandar, pero las baja californianas participamos de una confabulación tácita en la que obedecemos al pie de la letra lo que el señor dice y, luego nos salimos con la nuestra. La mujer de la casa es el centro de la vida doméstica. Si lo duda, haga usted la prueba. Responda a estas preguntas: ¿Qué tanto se alteraría la vida si su esposo se ve obligado a salir de la ciudad duran-te un mes?, ¿Qué pasaría si la esposa es quien debe ausentarse intempestivamente durante el mismo lapso de tiempo?
Salvo excepciones, si quien se ausenta es el señor no pasa nada. Digamos que lo extrañarían, procurarían comunicarse a menudo con él. Si quien se ausenta es la mamá, y no deja 250 instrucciones escritas y 4,255 recomendaciones, la casa y sus habitantes podrán ir de un mini shock hasta el caos absoluto. “Papá, ¿sabes en dónde está mi certificado de secundaria?, ¿Ya le habíamos pagado al dentista?, Que dice mi maestra que te pregunte si ya me dio varicela. ¿Cómo funciona esta lavadora?, ¿Quién surtió, que falta un montón de cosas? ¡Se nos pasó el cumpleaños de la abuela!”.
¿QUÉ TIENE que ver esto con el voto femenino?
¿Qué tiene que ver esto con el voto femenino? Mucho. Porque el voto femenino no será sólo el que emita cada una de nosotras sino el que alentaremos a que emitan los varones cercanos a nosotras. Muchos de los señores, en una típica actitud mexicana, posponen el momento en que irán a la casilla. Media hora antes de que cierren, se presentan y si ya no hay boletas, tinta, representantes de casilla o ánfora dan gracias a la ineficiencia del sistema por permitirles transferir su sentido de culpa a alguien más, se regresan a su casa y se dedican a decir que ellos si fueron a votar pero no pudieron.
Las mujeres somos muy importantes para estas elecciones.
Si cada una cumple con su obligación, la votación será copiosa y los temidos fraudes serán más difíciles de realizar. ¿Ve lo importante que es usted para la vida política del estado?
FRASE DESTACADA: BAJA CALIFORNIA está llena de machos que les gusta mandar
Comments