Ya dicta un antiguo proverbio chino que si quieres darle de comer a un hombre un día, debes darle un pescado, pero si tu interés, es querer darle de comer toda la vida, debes pues, enseñarle a pescar. En términos ideales, ésta frase nos sitúa ante la responsabilidad que para consigo tiene aquél ser que debe aspirar a perseverar en el trabajo, como una actividad que le permitirá a éste, encontrar un medio para ser remunerado y de éste modo, poder subsistir, lo anterior, encuentra fundamento en la ”(…) obligación que tienen las autoridades para promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos(…)” en términos de lo dispuesto por el artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y su correlativo artículo quinto, que tutela la libertad de ejercicio a la profesión, industria, comercio o trabajo lícito.
Pero, ¿qué sucede cuando la autoridad no puede garantizar ninguno de los planteamientos y opta por hacer un uso desmedido de la fuerza?, quizá ese sea el caso de lo acontecido el pasado 28 de marzo de 2019, cuando elementos de la Marina Armada de México abrieron fuego contra Enrique García Sandez, “El Kiki”, un presunto pescador furtivo herido durante una persecución que comenzó en el mar abierto y terminó en tierra, en San Felipe, Baja California.
Distintas son las versiones que contrastan los hechos antes referidos: Para la Sea Shepherd Conservation Society el incidente del Mar de Cortés describe a García Sandez como un “cazador furtivo” y no un pescador, en cambio, para Sunshine Antonio Rodríguez, pescador y ex-dirigente de la Federación de Cooperativas de Pescadores Ribereños de San Felipe, “No fue accidental, y no fue un balazo el que recibió, le dieron cuatro balazos, dos en la cabeza, uno en la mano y uno en la pierna”, aseguró.
Ambas versiones adquieren otro matiz, a la luz de lo comentado por Carlos Hussong, Ex Presidente de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera, quien amablemente concedió a Campestre “La Revista de Baja California” su apreciación respecto de lo acontecido, para él, todo es resultado de “Una política equivocada de muchos años bajo la presión internacional de salvar de la extinción a la Vaquita Marina” lo que, desde su punto de vista ha supuesto una “Una injusticia de muchos años para los pescadores de San Felipe y del Golfo de Santa Clara”.
Ademas de lo anterior, añade: “El asunto en San Felipe y en el Alto Golfo responde a que la situación es respuesta a presiones de ONG internacionales. La amenaza es que de no tomar acciones para proteger la Vaquita ,el camarón mexicano iba a ser embargado (similar al “embargo” del Atún)” así mismo “ El gobierno de México, respondió cerrando zonas del Alto Golfo a la pesca”. No bastante lo anterior, afirma Hussong “Las ONG presionaban más y más , cerrando más polígonos a la pesca” pues era claro, “El interés de México, era que no se cancelarán las exportaciones de camarón mexicano a EUA, lo cual tendría un a alto costo económico y social para el país”
En ese tiempo, refiere el entrevistado “Las ONG continuaron presionando durante los Gobiernos de Fox y Calderón” y añade con tono grave “En esos años se iniciaron las indemnizaciones (ridículamente bajas ) a los pescadores afectados por el cierre de las zonas a la pesca en el Alto Golfo” y cuestiona con intransigencia, ¿Qué tiene qué hacer la embarcación con bandera de EUA , “Sharpie ” , de la ONG “Sea Sheperd”, incautando artes de pesca de pescadores mexicanos en el Alto Golfo que dio pie al incidente del pasado 28 de Marzo?
“Esos cierres absurdos, inaceptables, infundados , tuvieron como consecuencia un problema social en el Alto Golfo, que se manifestaba en una “pesca ilegal”.
Lo cierto remata Carlos Hussong: “Es que los pescadores son gente de trabajo; no son maleantes. Salen a pescar ilegalmente por necesidad ante prohibiciones absurdas”.
En suma, ante nosotros, tenemos una clara diatriba que pone de manifiesto la importancia de repensar el alcance práctico de las prerrogativas constitucionales y el debate real que presupone el respeto a la preservación de las especies vs la dignidad en el sustento. Lo que es claro, es que las fuerzas armadas excedieron su facultad para repeler una inexistente agresión y pusieron en la frontera de la vida y la muerte a un individuo que hasta hace apenas unos días salió de un coma inducido. Este problema pone de manifiesto las posibles consecuencias del uso desmedido de la fuerza a partir de la hoy vigente Guardia Nacional.
Entonces, ¿El Estado proveerá a los pescadores de San Felipe de las herramientas para aprender a pescar o los conducirá a pescar a la muerte?
FRASE DESTACADA: ¿qué sucede cuando la autoridad no puede garantizar ninguno de los planteamientos y opta por hacer un uso desmedido de la fuerza?
PIE DE FOTO: Lo cierto remata Carlos Hussong: “Es que los pescadores son gente de trabajo; no son maleantes”.
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