La zona de Otay, en la frontera entre Tijuana y California, enfrenta una crisis sin precedentes mientras el incendio forestal «Border 2» consume más de 5,300 acres de terreno.
Con casi 700 bomberos desplegados en la zona, el fuego continúa propagándose, dejando a su paso evacuaciones masivas, cortes de energía y el cierre de escuelas en ambos lados de la frontera.
La emergencia se ha intensificado debido a los fuertes vientos de Santa Ana, que han propagado rápidamente las llamas.
Las llamas, visibles desde distintos puntos de Tijuana y San Diego, han dejado una estela de destrucción ambiental, mientras las autoridades en ambas fronteras coordinan esfuerzos para mitigar los daños.
Las autoridades han ordenado evacuaciones en áreas como Otay Lakes Road, Dulzura y la reserva natural Otay Open Space. Puntos de refugio han sido habilitados en el Southwestern College de Chula Vista, el Cuyamaca College y un cine en Rancho San Diego, donde los desplazados reciben apoyo y alimentos.
La emergencia ha provocado el cierre de varias escuelas, incluyendo instituciones del Distrito Escolar Primario de Chula Vista y otros distritos rurales. Además, Southwestern College suspendió clases presenciales y optó por la educación a distancia.
Por otro lado, alrededor de 20,000 usuarios de San Diego Gas & Electric quedaron sin suministro eléctrico durante la noche como medida preventiva para evitar nuevos incendios provocados por líneas caídas.
A pesar de las difíciles condiciones climáticas, el capitán de Cal Fire, Robert Johnson, informó que el avance del incendio ha disminuido ligeramente gracias a los esfuerzos coordinados de bomberos y aeronaves. «Estamos viendo un progreso significativo, aunque el viento sigue siendo una amenaza», declaró Johnson.
Diez helicópteros y varios aviones cisterna trabajan incansablemente para combatir las llamas desde el aire, utilizando recursos de agua de embalses cercanos. El depósito de agua Otay Ranch es una de las principales defensas para proteger los vecindarios de Chula Vista.
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