Parece que se esta haciendo costumbre, que los Presidentes de Sudamérica hagan comentarios fuertes sobre México, hace unas semanas fue José Mujica de Uruguay y hoy es el Presidente de Bolivia.
Las últimas declaraciones del presidente de Bolivia, Evo Morales, han molestado este jueves al Ejecutivo mexicano de Enrique Peña Nieto. Como que tiene la piel muy delgada.
En un acto con policías de su país, el mandatario boliviano aseguró esta mañana que Colombia y México tienen “problemas profundos” con el narcotráfico debido a su “fallido” modelo de libre mercado, que según el gobernante los somete “al imperio norteamericano”.
«Estamos viendo cómo está Colombia, especialmente cómo está México, los últimos sucesos. Sigo pensando que allí está el modelo fallido», comentó Morales aludiendo a la desaparición de 43 estudiantes de magisterio el pasado 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, un suceso que ha conmocionado al país. Y añadió: “Pareciera que la delincuencia está por encima del Estado”.
La respuesta del Gobierno mexicano no se hizo esperar. En torno a mediodía, la Secretaría de Relaciones Exteriores envió una nota diplomática a la cancillería boliviana en la que expresa su “sorpresa y preocupación” por las declaraciones de Morales.
“Estas reiteradas expresiones fomentan una falsa percepción de división regional en momentos en que los países de América Latina y el Caribe, México en particular, están empeñados en construir un espacio de unidad y diálogo en la figura de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños”.
En el comunicado emitido a los medios, el Gobierno mexicano destaca que “México privilegia el diálogo respetuoso a nivel regional y la interacción entre países, reconociendo la diversidad que existe en América Latina y el Caribe, sobre la base del diálogo y la cooperación”. Asimismo, la Secretaría de Relaciones Exteriores “apuesta por los ánimos de concertación que hoy prevalecen en la región”.
No es la primera vez que un mandatario del continente critica la gestión del caso Iguala. Hace menos de un mes, el presidente saliente de Uruguay, José Mujica, calificó en la revista Foreign Affairs Latinoamerica al Estado mexicano de “fallido y con poderes totalmente fuera de control”, vinculando la desaparición de los estudiantes con “la gigantesca corrupción que hay en México”. En sus declaraciones a la publicación, Mujica afirmó también: “En México, la corrupción se ha establecido, me da la impresión, visto a la distancia, como una tácita costumbre social. Seguramente, el corrupto no está mal visto, es un triunfador, es un señor espléndido”. La Secretaría de Relaciones Exteriores rechazó entonces categóricamente las acusaciones y anunció que convocaría al embajador de Uruguay para pedirle explicaciones. Horas más tarde, el mandatario uruguayo rectificó en la página web de la Presidencia de su país.
El encontronazo diplomático, ahora con Bolivia, se da apenas una semana después de que concluyera en Veracruz la XXIV Cumbre Iberoamericana, una cita a la que Evo Morales y otros cinco mandatarios de la región no acudieron. Durante la cuarta Reunión de la Comisión Binacional Permanente México-Bolivia celebrada en julio, la cancillería recordó que ambos países mantienen una de las relaciones de cooperación más antiguas y pactaron reforzar los vínculos económicos, con un comercio bilateral que en los últimos diez años ha pasado de 50 millones de dólares a 250.
El País.
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